
Política
Manuela Castañeira: «No hay alquimia electoral que evite el voto castigo a Macri»
Todos los dirigentes políticos con los que uno puede consutar acerca del desarrollo de la campaña hacia las elecciones nacionales de este 2019 coinciden en la intesidad de la misma. Las miradas pueden variar en torno a las impresiones respecto a las propuestas y el nivel del debate, pero hay una lectura general que habla de tiempos y espacios acotados para poder poner sobre la mesa las necesidades que cada una de las fuerzas aspira a instalar en la escena pública. Manuela Castañeira es una de las candidatas cuya suerte puede definirse en las primarias del 11 de agosto. Marginada del armado del Frente de Izquierda, lidera la boleta presidencial del Nuevo MAS acompañada por Eduardo Mulhall, el referente histórica de esa fuerza en la provincia de Córdoba. Manuela es trabajadora no docente, militante desde la juventud, feminista y, ahora, la única precandidata mujer a la Presidencia de la Nación. Se pare frente al discurso que instala la polarización, reniega del mito de las discusiones piantavotos, denuncia un acuerdo del Papa con el peronismo y advierte sobre una elección que castigará al oficialismo, pero también al Frente de Izquierda y los Trabajadores.
-¿Cómo venis observando el desarrollo de la campaña?
-Es una campaña con mucha intensidad. A nivel nacional se nota que no hay alquimia electoral que evite el voto castigo a Macri. Entonces se da una gran discusión entre los demás espacios respecto a cuál es la mejor alternativa al actual gobierno. Esa es la discusión que yo encuentro reflejada “por abajo” y, desde ese lugar, me parece que nos hemos fortalecido mucho. En nuestro caso, proponemos una salida anticapitalista a la crisis y me parece que eso está logrando llegar con fuerza a la gente que se va acercando a nuestro espacio. Por otro lado, me parece que hay campañas que son una vergüenza, como la de Alberto Fernández que propone devaluar sabiendo lo que eso implica para el grueso de los trabajadores y las trabajadoras. Hay que decir con claridad que la propuesta del Grupo Callao y que pone sobre la mesa las posibilidades de devaluar y congelar salarios significa que la crisis la sigan pagando los trabajadores.
-¿Hacia dónde apuntan las propuestas del Nuevo MAS en ese sentido?
-Nosotros decimos que hay que reicorporar a todos los despedidos del país, sacar el impuesto al trabajo, quitarle el IVA a la canasta básica de alimentos y sacar los fondos de los grandes capitales especulativos, de los bancos, los grandes terratenientes, que son los más beneficiados de este modelo y los que se quedan con la mayor parte de la riqueza de la Argentina. Obviamente a eso debemos agregar el no pago de la deuda, desde donde también se obtendrían fondos para financiar al Estado. Es una propuesta alternativa en materia económica y en esa dirección caminamos el país. Por suerte, vamos a estar presentando nuestra “boleta larga” con representantes del Nuevo MAS en once provincias y, la verdad, es que tenemos muchas expectativas de pasar el 1,5% que se necesitan para las Paso.
-¿Cómo se rompe la polarización en un escenario en el que se ponen mucho en juego el voto castigo y el voto útil?
-Yo no comparto esa teoría, me parece que los argentinos no votan solamente al menos malo. Acá quieren instalar que va a haber gente que votará a Alberto Fernández para que no gane Macri y gente que va a votar a Macri para que no gane Alberto Fernández y, la verdad, eso es re triste porque nunca vas a votar a nadie por sus aspectos positivos. La sociedad argentina no es así. Es cierto que hay mucha bronca con ambos sectores pero nosotros tenemos medidas concretas que nos diferencias de los dos. De hecho, nos hemos abierto paso para participar en estas elecciones a partir de esas propuestas y por el camino de coherencia que nos ha hecho movilizarnos durante todo este tiempo en contra de las medidas de Macri. Contra los despidos, contra los tarifazos, en la lucha del movimiento de mujeres, hemos estado en todos esos espacios y eso nos ha hecho más fuertes. Yo creo que mucha gente nos elige porque necesitan confiar en alguien. Yo soy trabajadora no docente en la Universidad de San Martín y vivo de mi salario, entonces la gente se identifica conmigo porque sabe que pago el alquiler, que sufro con el tarifazo, el aumento de los alimentos, la inflación y demás. Hay una coherencia entre nuestras propuestas y nuestras formas de vivir, por eso también no pudimos lograr la unidad de la izquierda. Nosotros estábamos convencidas de que la candidata a Presidenta debía ser una mujer y eso a Del Caño no le importó en lo más mínimo. Quisimos ir a una Paso, pero él me clavó el visto y nunca nos contestó los mensajes. Yo creo que hay un gran arco del votante de izquierda que piensa como nosotros, que sabe que la lucha feminista necesitaba a una mujer como candidata y que está eligiendo nuestro espacio por esa razón. Ojo, porque ese sentido, también puede haber un voto castigo al FIT.

-Pusieron a la lucha por la legalización del aborto en el centro de la campaña, de hecho llevarán el pañuelo verde en la boleta. Sin embargo hay muchos espacios que, entre sus filas, tienen a referentes feministas. ¿Cómo crees que eso va a jugar en la elección?
-A mí me parece que es el segundo gran tema de la elección. Por un lado la economía y, por otro, la discusión en torno a la legalización del aborto. Lo vemos en las recorridas, nos preguntan todo el tiempo sobre eso. Por eso para nosotros es importante que las mujeres encabecen las listas. Hemos sido protagonistas durante muchísimo tiempo de una discusión que cruzó al país pero los primeros lugares de todas las boletas están siendo ocupados por hombres, así es muy complicado que las mujeres puedan ingresar por los partidos mayoritarios ponen a feministas para lavarse la cara pero, después, en los cargos expectantes están los hombres que luego son los que imposibilitan que los reclamos surgidos desde el feminismo lleguen al Congreso. En Argentina eso es muy importante porque me parece que en un país es crisis es necesario el empuje y la fuerza de la marea verde para poder salir adelante. Yo creo que eso es un tema que hay atender porque se dicen cosas que no pueden ser. Desde la campaña de Alberto se dijo que no era el momento de hablar del aborto porque eso divide a la sociedad y es momento de hablar de la pobreza como si fuesen dos cosas contrapuestas, como si las mujeres jóvenes no fuesen víctimas del aborto clandestino o como si la legalización del aborto no fuese un tema estratégico para pensar el país.
-Hay muchos analistas que señalan que el tema del aborto queda a un costado porque nadie quiere perder votos y es preferible dejar a un costado los temas que dividen aguas de modo demasiado tajante.
-Me parece un espanto eso. Alberto Fernández es un demagogo que dice que está a favor del aborto pero en las notas y en su programa es muy claro al decir que no es bueno abrir el debate sobre el aborto en la Argentina. A los ocho días, el Papa dijo que quería venir al país en el 2020. Quieren enterrar este debate y quieren usarlo para hacer demagogia electoral. Es uno de los grandes temas que la sociedad ha traído a la discusión porque esto no es algo que se le ocurrió a Macri en el 2018 sino que la discusión en el Congreso fue productos de años de lucha del movimiento feminista en la Argentina. Hubo pañuelazos y hubo pibas de 14 y 15 años que se movilizaron en todo el país para que esto se discuta. Pasa que, ahora, vienen Macri y Alberto a decirnos qué es lo que hay que discutir y qué no en la política argentina. A mí me parece que los debates que surgen de la sociedad hay que abrirlos y creo que una de las grandes mentiras de esta campaña es esa que dice el aborto legal es piantavotos. Pasa que Alberto Fernández tiene a la Iglesia adentro de sus listas y tiene una gran contradicción porque quiere a la Iglesia para sostener a las mayorías populares en los barrios durante su plan de ajuste.
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