Cultura

Trazos y Palabras: una experiencia lúdica para reflexionar entre mujeres

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Obras de escritoras, poetas, fotógrafas o artistas plásticas son el disparador de un encuentro que desemboca en una conversación profunda, reflexiva y abierta. En Trazos y Palabras el arte y la cultura se convierten en una herramienta de transformación que media el diálogo entre las mujeres que participan de cada encuentro.

Natalia Brusa y Andrea Porello fueron quienes crearon, en febrero de 2020, Trazos y Palabras. Esta es una experiencia cultural inmersiva y lúdica en donde las obras de escritoras y artistas invitan a pensar y reflexionar sobre temáticas que interpelan y atraviesan a las mujeres.

-¿Cómo surge Trazos y Palabras?

-A.P.: Es una invención que nace de nuestra amistad con Nati (Natalia Brusa) y del amor que le tenemos a la literatura y a las artes plásticas. En un principio yo estaba más inclinada a las artes visuales y ella a la literatura. Lo que veíamos era una necesidad de generar espacios genuinos de conversación en donde pudiéramos poner sobre la mesa alguna obra para reflexionar en grupo sobre qué nos revela esa obra, entendiendo que el arte es un gran analizador del mundo en el que vivimos.

Los primeros talleres, pandemia mediante, giraron en torno a las mujeres en otros países. El primero fue México y a él le siguieron el Caribe, Francia, Brasil, Japón, Italia, España, Europa del Este y la India. En cada encuentro, que al principio era solo una vez por mes, se pensaban las diferencias culturales, las costumbres y el lugar de la mujer en el entramado social, en una experiencia que, de forma imaginaria, sensorial e inmersiva, las trasladaba por unas horas a ese país. 

“Al principio pensábamos ‘bueno, nos jugamos y hacemos una nochecita de México’, así empezó y ya no paramos más porque de las mujeres y los países saltamos a los mundos. Empezamos con un grupo de 20 mujeres, una vez al mes, y ahora tenemos 150 personas por taller”, relata Brusa, una de las impulsoras de Trazos y Palabras.

Una de las premisas fundamentales de la conversación, que surge a partir de obras artísticas, es que es un espacio libre de prejuicios, sin estructuras y seguro para pensar libremente, dudar y disentir de manera respetuosa. Allí, el arte es la excusa para dialogar de temas como la amistad entre mujeres, el matrimonio, los mandatos, la relación de la mujer con el tiempo y con el cuerpo, el amor y el deseo. En Trazos y Palabras, el debate es la herramienta para reflexionar sin buscar una respuesta cerrada, sino un replanteo profundo que continúe luego de concluir el taller.

A pocos meses de cumplir cinco años, más de 1500 mujeres ya han vivido la experiencia que Andrea y Natalia ofrecen en Flowery Espacio (Valle Escondido). La decisión de que esté dirigido únicamente a mujeres se debe a que sus creadoras consideran que es necesario un espacio de conversación y reflexión en el que las mujeres se sientan cómodas de expresarse.

-¿Cómo eligen las obras que van a utilizar en cada taller?

-N.B.: Cuando empezamos a compartir entre nosotras los diferentes materiales de literatura y artes plásticas, encontramos un diálogo entre ambas. Fue ahí donde nos dimos cuenta de que se iban entrelazando. Entonces esas obras nos sirven para reflexionar. También en cada encuentro se hacen juegos artísticos, pintan, dibujan, escriben o hacen alguna manualidad que lo que intenta es sacarlas de su propio confort y que pongan sus sentidos y sentimientos en una producción tangible. 

-A.P.: Los juegos artísticos que proponemos están inspirados en los mecanismos de creación de escritoras y artistas plásticas. Toda acción que realizamos está inspirada en artistas que primero nos conmovieron a nosotras y después los llevamos al taller para reflexionar y que cada una pueda aportar su perspectiva.

Una experiencia cuidada

Nada está librado al azar. Detrás de cada encuentro hay investigación, estudio, debate y un análisis profundo de cada material que va a utilizarse. “Con Nati siempre nos vamos dando un empujón para hacer las cosas. Las dos somos muy comprometidas y lo hacemos con el corazón. Si algo no tiene la calidad, al nivel de lo que nosotras creemos que es una hermosa experiencia, no lo hacemos”, sostuvo Porello.

Cada temática surge de los ecos de los talleres que ya se realizaron, por lo que en ellos hay huellas de las mujeres que participaron de cada experiencia. “El guion que hacemos para cada taller nace de ese respeto a las palabras que surgen de otras mujeres, que pasaron por Trazos y Palabras, y de aquello que a nosotras nos conmueve”, explicó Natalia.

La propuesta se renueva el año próximo, por lo que Natalia y Andrea ya trabajan en los temas que vendrán y la forma de abordarlos para construir una experiencia enriquecedora.

Para participar de los encuentros no hace falta tener conocimientos previos sobre artes visuales o literatura. La riqueza está dada por el intercambio intergeneracional que se produce en la convergencia de las reflexiones de las mujeres que participan y reflexionan sobre la obra cultural propuesta.

“Cuando construimos el guion sabemos qué es lo que queremos ofrecer. Lo que nunca sabemos es cómo va a terminar, porque tiene una apertura que hace que nosotras nos sorprendamos de cómo va madurando la experiencia”, comentó Andrea.

El corazón de Trazos y Palabras

-¿Por qué eligieron llamarlo Trazos y Palabras?

-N.B.: Andre es fanática de las artes plásticas y yo de la literatura, entonces salió llamarlo así. Al principio ella presentaba una obra de un artista plástico y yo de un escritor, pero después eso se fue fusionando y ya no sabemos quién es trazos y quién es palabras.

Andrea es doctora en Educación y licenciada en Psicopedagogía. Además, desde hace 20 años investiga sobre la potencia del juego artístico para la prevención de los problemas de aprendizaje y de convivencia. Por su parte, Natalia es licenciada en Comunicación Social y escritora, coautora de los libros “Volver a Mirarnos” y “Tiempo de conversar”.

Las diferencias, entre las creadoras de la experiencia artística y lúdica, se borraron con el paso del tiempo para darle paso a una fusión. Ambas aseguran que las une la “adicción al estudio” sobre temas vinculados a la humanidad y al destino de lo femenino. “Son tiempos de mucha revolución, y a ninguna de las dos nos da lo mismo que sea de cualquier forma. Entonces en Trazos y Palabras nos importa mucho lo humano y por eso cuidamos mucho a las mujeres que pasan por Trazos y Palabras”, expresó Andrea.

El corazón de Trazos y Palabras es un equipo basado en la amistad y en la mutua confianza. “Hacemos un trabajo colaborativo, en donde nos decimos las cosas y tenemos una confianza ciega en la otra. En estos años crecimos un montón a partir de escucharnos una a la otra”, señaló Natalia. En la misma línea, Andrea aseguró que su innovación está en la “creencia genuina de que nada se puede solo, es creación de nosotras dos y la de las mujeres que pasaron por nuestro espacio. Nada podríamos solas”.

-Están por cumplir los cinco años, ¿qué balance hacen?

-A.P.: Creo que terminar creando esta comunidad nos sorprendió, es un sueño. Todo lo hacemos con mucho respeto para que esto siga creciendo, pero también porque creemos que es importante rescatar la voz de cada mujer y hablar de los temas que hoy nos atraviesan en un lugar seguro.

-N.B.: Para nosotras es una alegría haber podido sostener una propuesta cultural distinta, disruptiva e innovadora en la ciudad. Pusimos alma y corazón para que esto siga sin perder su calidad y para que llegue a la mayor cantidad de gente posible. Superó todas nuestras expectativas y no le vemos un fin porque se renueva y van surgiendo cosas nuevas todo el tiempo.

Para contactarse @trazos_y_palabras | @andreaporello_oficial | @brusanaty

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