Cultura

«El vuelo del chingolo»: una nueva historia que despega

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Quien viaja por la ruta provincial 5, desde Córdoba a Alta Gracia, se encuentra a la altura del paraje Los Cerrillos con “El Ala”. El monumento de 82 metros de altura, que destaca en medio del paisaje, fue construido en 1935 por encargo de Raúl Barón Biza en honor a su fallecida esposa, Myriam Stefford, una joven aviadora que había muerto cuatro años antes en un accidente aéreo. Actualmente ostenta el título de ser el más alto del país, superando por varios centímetros al Obelisco porteño, pero la historia de amor y tragedia guardada por este mausoleo es poco conocida. 

En El vuelo del chingolo, la escritora Marta Depetris retoma la historia de Stefford y Barón Biza y la transforma en una novela que cruza la ficción y la documentación. Con una prosa entretenida, reconstruye y ficcionaliza sobre la vida de la controvertida pareja que brilló en los años ‘30 rodeados por el amor, el poder, la excentricidad y la aviación.  “Es una novela sobre todo aquello que no se dice. Sobre pasiones que desbordan, decisiones que dejan huella y destinos que, incluso en la caída, buscan volar”, adelanta la reseña del libro.

En diálogo con Mano a Mano, Depetris cuenta sobre su primera publicación que, además de narrar una historia atrapante -que promete tener continuidad-, es el puntapié del sueño y anhelo de convertir sus manuscritos en libros capaces de ganar un lugar en el corazón de quién se zambulle en sus páginas.

Marta es oriunda de Río Cuarto, donde estudió el profesorado en Historia y se desempeñó como docente. A pesar de ser cordobesa, hasta no mudarse a la capital provincial a comienzos de los ‘90 desconocía de la existencia del monumento “El Ala”. 

“Saliendo de Córdoba, camino a Alta Gracia, descubrí el mausoleo. Es imposible no verlo. Ahí fue que me interesé por la historia y comencé a investigar en los diarios de época que están en la hemeroteca del Cabildo de Córdoba. En mi cabeza siempre hubo un libro, durante mucho tiempo lo fui pensando, pero fue un proyecto que un poco me olvidé porque me dediqué a la docencia y a mi familia. Ahora tengo la posibilidad de recuperar las historias que empecé a investigar tanto tiempo atrás… y publicarlas”, relata la novel escritora.

Además de la historia, los mitos y las leyendas que envuelven a la enorme ala de cemento, lo que más la atrajo fue el romance del Barón Biza y Stefford. 

Una pareja de novela

Rosa Margarita Rossi Hoffmann daba sus primeros pasos en el mundo del cine europeo cuando, en 1928, conoció al escritor y millonario argentino Raúl Barón Biza. Él era el menor de una familia adinerada, pero, a diferencia de sus padres, tenía una personalidad controvertida: fue el autor de libros que fueron prohibidos por considerarse pornográficos. Junto a la actriz, conocida por su seudónimo, Myriam Stefford, se casaron en la basílica de San Marcos. Ese día las góndolas de Venecia no se movieron, la excéntrica pareja quería ser el centro de atención.

Luego de la boda, la pareja se mudó a la Argentina e inició una aventura que tendría un desenlace trágico. Su espíritu aventurero los llevó a incursionar en la aviación.

Ella tenía la intención de aprender a volar y se le ocurre hacer una aventura que la destacara, porque en ese entonces no había mujeres aviadoras en el país. Así es que se le ocurre unir 14 provincias en un vuelo. Se entrenó y, con poca experiencia, consiguió un avión biplaza al que llamó chingolo”, explica Depetris. 

El vuelo lo inició acompañada por su instructor Ludwig Fuchs, un piloto alemán de la Primera Guerra Mundial. Luego de sobrevolar unas pocas provincias, aterrizaron de emergencia en Santiago del Estero. La aventura continuaría en otra aeronave, el Chingolo II, que fue prestada por otro piloto por intermedio del Barón Biza y que suplantó la primera. Finalmente, el 26 de septiembre de 1931 la avioneta, que no estaba preparada para ese tipo de vuelo, se estrelló en una zona desértica de San Juan. En el accidente, la actriz de 26 años y su instructor fallecieron.

“Él, inspirado por el dolor me imagino, construyó primero un monolito en el lugar donde fue el accidente y después construyó este mausoleo en Los Cerrillos, dónde era la estancia de ellos, donde habían vivido”, relató Marta. Y agregó un dato que pocos conocen: “El Barón Biza quería que esa sea la entrada a una ciudad dedicada al cine, que fuera como la piedra fundacional. Él imaginaba, porque era un sueño de Myriam, que fuera algo como Hollywood, donde las colinas de Alta Gracia fueran una ciudad del cine”.

El libro publicado los primeros días de junio, El vuelo del chingolo, es un homenaje a la pareja que tuvo un corto, pero intenso amor. 

– ¿Con qué se encuentra quién lee el libro?

– El libro toma la historia de ellos, porque era la intención recoger toda esa historia de vida, pero está totalmente ficcionalizada para hacerla aún más interesante. El libro tiene eso de que uno pueda leer algo de manera ágil y recreativa, y que después pueda seguir indagando sobre ellos.

Animarse a volar

El libro recorrió un camino que inició hace 30 años, cuando la escritora vio por primera vez el monumento. En ese momento, con la idea de escribir un libro siempre latente, se abocó a la investigación histórica. Luego de un impasse, donde el proyecto pasó a un segundo plano, con la información recopilada y la decisión del tipo del libro que sería, la historia se terminó de escribir.

Pasaron varios años para que hoy, y desde hace solo un mes, Marta pudiera tener en sus manos el libro en papel. El vuelo del chingolo tiene el valor de ser su primer libro, aquel que marca el inicio de un camino tan anhelado por quién tiene una pulsión innata de contar.

“Desde quinto grado escribo cuentos y relatos. En la adolescencia empecé a volcar todo lo que me pasaba en la escritura, además de crear historias románticas y de fantasías. Siempre hubo una búsqueda por la escritura. Mi vida también tiene que ver con la investigación histórica, porque es lo que me encanta, y creo que eso junté en el libro: la investigación histórica, las novelas románticas y mi amor por la escritura”, expresó Depetris.

La escritora contó con el acompañamiento de Ediciones del Boulevard para publicar la historia que ya se encuentra disponible en todas las librerías del centro de Córdoba, en Hora Libre de Alta Gracia y en Librería Superior de su Río Cuarto natal.

– ¿Qué hay detrás de la decisión de animarte a publicar el libro?

– Madurez y coraje. Hace mucho acompaño, como directora y docente de una escuela secundaria, a adolescentes y a ellos siempre les digo que se tienen que animar a hacer lo que sienten en su interior. Antes había metas fijas que cada uno tenía que cumplir a lo largo de su vida, pero con ellos me di cuenta de que hay que animarse a hacer lo que a uno lo hace feliz. Yo soy feliz dando clases de historia, dentro de poco me jubilo, pero también lo era cuando escribía. Entonces me la jugué y di el paso, porque en definitiva era lo que quería hacer.

La alegría la atraviesa. Más allá de un libro, es la materialización de un deseo que ahora se convierte en la esperanza de que este sea el inicio de un nuevo camino guiado por quienes la acompañen en la aventura de descubrir nuevas historias. “Cuando estaba pensando en qué iba a hacer al final de mi vida laboral ahora tengo un nuevo comienzo. No estoy cerrando nada, por el contrario, estoy en expectativa de muchos proyectos que me encuentran animada”, concluyó la escritora, Marta Depetris.

 

Fotografías: Marta Depetris

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