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«A nadie le gusta perder»

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*Por Micaela Oca

Luego de tres años de ausencia motivada por las lesiones y la pandemia del Coronavirus, el maratonista chubutense Eduardo «Junior» Mansilla se prepara para volver a las competencias. Cómo es la vida de un atleta de alto rendimiento. Mentalidad ganadora, fuerza física y la enseñanza de Nelson Mandela.

Eduardo “Junior” Mansilla, chubutense de Rawson, comenzó a correr triatlón a los doce años. Se trata de una de las disciplinas deportivas más extenuante s, que reúne tres deportes en una misma competencia: natación, ciclismo y atletismo.  A los 18 años, “Junior” se dedicó de lleno al duatlón, iniciando una carrera deportiva con importantes logros a nivel regional, nacional y mundial. Compitió en Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Venezuela, Panamá, México, España, Estados Unidos, Canadá, Hungría, Bélgica, Italia, Australia y Sudáfrica.

Entre sus mayores logros deportivos destaca el subcampeonato del mundo de Duatlón (2007), que consistió en correr, pedalear y volver a correr. También su participación en Gyor, Hungría, en la categoría sub 23. Y competencias importantes en México, Chile, Uruguay y Colombia. “Lágrimas de sangre costó llegar a cada uno de ellos. Se entrenaba con lo que había, con lo que se podía, con lo que se tenía”, admite el atleta en sus redes sociales al evocar aquellas carreras.

Hoy, después de más de dos décadas compitiendo, puede hacer el inventario de las dificultades que tienen los atletas argentinos: la falta de recursos para traslados y materiales impiden estar al mismo nivel que sus competidores. Pero además de la falta de apoyo por parte del Estado y las empresas, advierte lo difícil que es mantenerse en un nivel competitivo alto: “Se renuncia a muchas cosas cuando sos juvenil o arrancás a competir de chico, te privás de mucho. En mi caso, por ejemplo, no fui a mi viaje de egresados porque tenía mi primer mundial. Mis compañeros se juntaban y yo no podía ir porque al otro día tenía que entrenar o tenía una competencia”, recuerda. ”Después, de grande, es prácticamente lo mismo –advierte-. Cuando te dedicás a este deporte tenés que entrenar doble o triple turno todos los días y muchas veces no tenés vida social. Por la mañana realizás un entrenamiento, llegás de entrenar y tenés que comer y descansar para el próximo entrenamiento. Terminaste de entrenar y es otra vez lo mismo: comer, descansar e irte a entrenar de vuelta. Luego llegás y es comer, descansar y dormir ocho horas para estar fuerte y volver a entrenar al día siguiente”.

Pero no sólo el cuidado físico es fundamental para estar a punto. La mentalidad es vital a la hora de competir: “El aspecto mental es muy importante, muchas veces es lo que define entre ganar y perder en cualquier nivel deportivo. Cuando no lográs los resultados deseados es difícil. Con el tiempo aprendés a superarlos entendiendo que cuando estás compitiendo a nivel alto, todos se preparan para ganar y rendir bien. Lo importante por ahí es tratar de superarse a uno mismo, aprendés que hay que tratar de hacer lo mejor posible para llegar de la mejor manera posible. Después si los resultados no se dan, es parte del deporte.”

– ¿Cuál fue tu mayor decepción deportiva?

– Fue en Hawái, en 2017, cuando clasifiqué al Ironman en Kona. Estuve entrenando desde mayo a octubre enfocado al cien por ciento en la carrera y cuando llegué a la ciudad me atropellaron cuatro días antes de la competencia y no pude plasmar todo el trabajo realizado. Competí en mal estado físico y con una bicicleta que no era mía.

Así recordó “Junior” aquél episodio en diálogo con “Tiempo Deportivo”: “Llegué a Hawái el sábado 7 de octubre, una semana antes para adaptarme al clima y conocer los circuitos de la bici, del trote y el agua para nadar. El domingo, parado en un semáforo con la bicicleta, una camioneta me llevó por delante y me destruyó la bicicleta y yo tuve varios golpes. No me desmayé, es más, me paré enseguida y fui hasta la bicicleta. Pensé más en la bici que en mí. Estaba destruida. Manejaba la camioneta un chico de 16 años, que venía rápido, dobló y me llevó puesto. No sabía que en Estados Unidos cuando el semáforo está en rojo igualmente los autos pueden girar a la derecha. No sentía tanto dolor en ese momento, pero con el pasar de las horas empecé a sentir dolores por todo el cuerpo. Tengo mucha impotencia, esperé esta carrera todo el año y culpa de algo ajeno se me fue todo el trabajo a la basura. Terminé corriendo la etapa del ciclismo en una bici que no conocía y di mucha ventaja”.

Luego de ese accidente, “Junior” comenzó una buena temporada en 2018. Pero a fines de ese año comenzó una odisea de interrupciones que lo dejaron casi tres años sin pisar una competencia de Triatlón.

– ¿Cuáles son tus objetivos para año próximo?

– Fundamentalmente volver a competir. Luego recuperarme de una lesión estuve entrenando para un panamericano en marzo de 2019, pero me quebré el pie y me llevó varios meses recuperarme. Cuando estaba por volver a competir, en 2020, surgió la pandemia.

– ¿Cómo te afectó la pandemia?

– Fue muy negativa para todos en general. Resultó un poco incierta, en el sentido de que había competencias planificadas que a último momento se suspendían. Entonces era difícil mantenerse motivado con el entrenamiento, no sabías hacia dónde estabas apuntando y no se podía lograr un ciclo anual ordenado porque estaba claro cuándo se volvía a competir.

A pesar del esfuerzo y las postergaciones, “Junior” ama el deporte y no concibe su vida sin él. Cita de memoria una frase de Nelson Mandela, luchador contra el racismo que luego de pasar muchos años en prisión llegó a ser el primer presidente negro de Sudáfrica: “El deporte tiene el poder de inspirar, tiene el poder de unir a la gente como pocas cosas lo tienen. El deporte puede crear esperanza donde alguna vez hubo solo desesperanza. Tiene el poder de cambiar el mundo y las personas”. No solo lo comparte, sino que lo suscribe porque lo vivió en carne propia: “A mí el deporte me cambió –asegura “Junior”-. Me cambió la vida, me formó en carácter y disciplina, me hizo ser el hombre, deportista, padre y entrenador que soy hoy. Esa es la fuerza del deporte que quiero seguir practicando al mejor nivel, y las enseñanzas que quiero dejar”.

(Artículo publicado por gentileza de Revista EL SUR)

*Micaela Oca es estudiante de Comunicación Social en la Universidad Nacional de Río Cuarto.

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