Política

Juan Pablo Quinteros: «Me siento agraviado por la cáusula de gobernabilidad»

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Fue uno de los legisladores más importantes de la Legislatura de Córdoba y uno de los hombres fuertes del Frente Cívico hasta que, harto de la interna en la que Cambiemos se desangró en la previa a las elecciones de mayo, decidió pegar el portazo y unirse a la fuerza que comanda Aurelio García Elorrio, Encuentro Vecinal Córdoba. Oficializado como candidato a Intendente de la Ciudad de Córdoba, Juan Pablo Quinteros apuntó contra el corazón de la hegemonía parlamentaria de los gobiernos municipales. Pide anular la herramienta que otorga mayoría automática al oficialismo y exige que el Concejo Deliberante represente la voluntad popular. Campaña, elecciones, desafíos y propuestas en esta charla con Mano a Mano Córdoba. 

-¿Desde dónde surge la necesidad de ir contra la cláusula de gobernabilidad?
-Es posible que durante todo este tiempo no haya habido elecciones en las que el Intendente era elegido con tan escaso margen de votantes. Mestre en el 2015 fue elegido con el 32% de los votos y todo hace pensar que este año alguien puede ser elegido apenas por el 30%, por lo cual esta cláusula de gobernabilidad actúa de manera inmediata y le da la mitad de los concejales a una fuerza política que en realidad no recibió los votos para semejante representación, sino que simplemente tuvo al candidato más votado en el tramo para la intendencia.  Si vos sacas el 30% quiere decir que el 70% de los electores no te votó, sin embargo te llevas la mitad más uno de los concejales y eso habilita a que te aprueben cualquier cosa sin discusión alguna.

-¿Cuál era la razón sobre la que sostenía este sistema?
-En 1987 la democracia era, aún, un tanto frágil y ese tipo de mayorías le permitía a los intendentes contar con una mayoría lo suficiente fuerte como para gobernar con tranquilidad. Creo que los tiempos han cambiado, la democracia está más fuerte y ese sistema debe ser revisado. El número de bancas debe ser proporcional a los votos que se saquen y aquella fuerza que eventualmente saque más de la mitad de los votos podrá tener la mayoría automática que hoy goza el partido de gobierno sólo por el hecho de ganar la elección. Hay que representar la voluntad popular, también en el Concejo Deliberante.

-¿Por qué la vía judicial? Hay sectores que ya hablan de la judicialización de la campaña en la ciudad.
-El ámbito idóneo de esta discusión es la Legislatura de Córdoba, nosotros no pretendemos que el Poder Judicial se arrogue la facultad de legislar. Lo que pasa que esto tiene un antecedente: uno de mis primeros proyectos como legislador en el año 2016 tenía que ver con la necesidad de una reforma constitucional que, entre otros artículos, eliminara esta cláusula. Aurelio García Elorrio realizó una presentación en el mismo sentido. En el 2017 hubo otro intento que fue rechazado por la mayoría de Unión por Córdoba y el radicalismo. Por qué voy a la Justicia. Porque en mi calidad de candidato a Intendente me siento agraviado por este artículo. Me oficializaron el viernes, hoy lo presento y creo que lo tiene que resolver el Poder Judicial. A mí no me asusta esto de “la judicialización de la política”. A dónde va cualquier vecino cuando debe resolver un problema que lo afecta. Qué otro ámbito tenemos que no sea el lugar en el que los jueces actúan de acuerdo a la Constitución. Si el poder político no resuelve o no quiere resolver, la única que queda es el Poder Judicial. Si no, vivamos en la anarquía y que queda uno haga lo que quiere y chau.

-Le preguntaba porque también hay una presentación sobre la candidatura de Llaryora.
-Yo tengo que ser sincero, la verdad es que yo no tengo la más remota idea dónde vive Llaryora, cuánto hace que vive ahí y si puede o no puede ser candidato. Eso lo definirá la Justicia. Pero yo tengo un criterio distinto a los impugnantes, a mí me parece que hay que ir el 12 de mayo y los vecinos de Córdoba elegirán quiénes son los que los deben gobernar. Eso no tiene que ver con cuestiones de residencia y demás, sino que tiene que ver con una idea proyección que se hace el vecino respecto a las necesidades que cada uno tiene y las posibilidades de resolución.

Juan Pablo Quinteros renunció a su banca en la Unicameral expresando su descontento por lo que considera «un fracaso de los dirigentes que conforman Cambiemos». También se fue del Frente Cívico, partido que había ayudado a fundar junto a Luis Juez. 

-¿Cómo imagina la campaña?
-La imagino con una pauta publicitaria obscena, indigna para el momento que estamos viviendo. Vamos a tener un candidato apoyado por el Ejecutivo nacional, otro por el provincial y otro por el municipal, por lo que me imagino algo realmente muy grande en materia propagandística. Yo realmente no imagino que se discuta mucho en torno a las propuestas en un escenario así. Nosotros somos la fuerza más pequeña entre las cuatro principales, o al menos yo me considero en ese cuarteto (NR: que completarían De Loredo, Llaryora y Juez). Creo que estamos en condiciones de hacer una elección importante y la verdad es que contra el aparato publicitario no podemos competir. Vamos a intentar hacer una campaña en base a las propuestas y celebro que los medios nos consulten cada vez que parecen inquietudes, porque no tenemos otra forma de hacer llegar nuestras ideas a los vecinos que intentando ser escuchados. La verdad, es que me imagino una campaña con mucha chicana entre los candidatos principales que probablemente vean en el candidato del PJ a quien corre con el caballo del comisario.

-¿Si hay un candidato de Macri, uno de Mestre y uno de Schiaretti, por qué dice que Llaryora “corre con el caballo del comisario”?
-Porque Schiaretti se ha dedicado estos últimos cuatro años a inundar a la ciudad de obras, cosa que no hizo Mestre. Eso hay que reconocerlo y si uno analiza la parafernalia publicitaria que hay en torno a todas esas obras, nos vamos a percatar que en ese lugar hay una estrategia concreta de campaña que el vecino cordobés tendrá en cuenta a la hora de ir a votar. El Gobierno provincial ha puesto mucho dinero para ganar la Ciudad de Córdoba, ha realizado una inversión muy grande en materia de obra pública que buscará hacer redituable en términos electorales. Yo no digo ni que esté mal ni que esté bien, sólo digo que lo mejor es que el vecino podría elegir mejor sin la parafernalia publicitaria y evaluar si después de 20 años de una forma de gobierno que se asentó en la provincia quiere continuar con lo mismo y, encima, ampliar su poder apoyando su desembarco en la capital. Ahora, si es a nivel de recursos, a mí me parece que todos están corriendo con caballos caros.

-¿Cómo se compite contra eso? ¿Cómo se da el batacazo?
-Con propuestas. Los últimos años han demostrado, en todo el continente, que las encuestas marcan en la previa lo que termina siendo distinto en la práctica. Yo no digo que los encuestadores hagan mal su trabajo o que operen pero es muy probable que la gente conteste de una forma ante la pregunta y luego vaya al cuarto oscuro y termine eligiendo a aquel candidato que más lo convenció en la campaña. Con esto quiero decir que no hay que guiarse por los números previos para pensar que algo está definido, por lo que hay que seguir trabajando e intentando llevar el mensaje a la mayor cantidad de cordobeses posible. Se puede dar el batacazo porque ya no se votan partidos sino que se vota a aquellos candidatos que le generan una mayor confianza o con los que trazan una mayor afinidad. Nosotros con Aurelio intentamos que se vea en el armado electoral algo que fue absolutamente coherente con el trabajo realizado en la Unicameral durante todos estos años. Si yo le pregunto por la oposición legislativa, usted inmediatamente va a pensar en Liliana Montero, en Aurelio García Elorrio y en Juan Pablo Quinteros. Fuimos tres legisladores de distinto signo político que dejamos de lado cualquier cuestión menor para avanzar en lo que nos parecía que era nuestra obligación y que era controlar lo que hacía el gobierno. Nosotros tres fuimos más oposición que la segunda y tercera minoría, juntas. Eso quiere decir que la cuestión partidaria no está tan presente en la gente como sí lo están la referencia a las personas de carne y hueso, y sus acciones.

-¿Qué ve cuando mira para atrás y ve lo que quedó de Cambiemos en Córdoba?
-Yo le voy a decir solamente dos cosas al respecto. La primera es que cuando yo decidí renunciar al partido y a la banca dejé en claro que lo que pasó con Cambiemos es responsabilidad únicamente de los dirigentes. Eso fue un fracaso para la conducción y una decepción para la gente. Por eso me fui. Dicho esto, yo ya no tengo más nada que decir. Estoy en otro espacio y no corresponde que hable de la interna de una fuerza a la que no pertenezco.

«Con Aurelio García Elorrio intentamos que se vea en el armado electoral algo que fue absolutamente coherente con el trabajo realizado en la Unicameral durante todos estos años» Foto: Facebook Juan Pablo Quinteros

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