Política
Gabriel Frizza: «El proyecto Cambiemos supera a los nombres propios»
Luego de sentarse durante años en la mesa provincia-municipios en representación de los intereses de los representantes comunales, Gabriel Frizza se sentó en su banca de la Cámara de Diputados de la Nación y se tuvo que levantar apenas unos minutos después. La sesión se truncó y la discusión por la reforma tributaria tuvo que esperar unos días más. Durante casi seis años gobernó la Ciudad de Jesús María, estuvo al frente del la Comunidad de Municipios de la Provincia de Córdoba (COMUPRO) y se alejó de esos espacios para hacer frente a la campaña que terminó con el histórico resultado que lo puso en el Congreso como Diputado Nacional por Córdoba. Él mismo había pedido disputar por ese espacio que ocupará, por lo menos, hasta el año 2021. ¿Cómo cambió esa elección a la política cordobesa y cuál es el futuro del país visto desde esa nueva conformación legislativa? Frizza levanta el tubo y, distendido saludo protocolar de por medio, se enciende el grabador.
-Tuviste un debut complicado
-Sí, la verdad que no fue la mejor forma de llegar porque fueron sesiones muy duras y muy peleadas. A los que somos más nuevos y que recién ingresamos, a lo mejor nos faltó un tiempo para desmenuzar mejor los proyectos como el del presupuesto. Pero bueno, cuando ya estuvimos en la discusión confirmamos que las cosas que se estaban aprobando eran cuestiones de fondo. Nosotros entendemos que en la reforma previsional, lejos de perjudicar, va a terminar favoreciendo a los jubilados. Fundamentalmente se genera una necesaria sustentabilidad en la caja, en donde no se hace un ahorro en los que menos ganan sino que se apunta a las jubilaciones de privilegio y aquellas más altas. Ahí puede haber algunos números que hay que afinar pero siempre se garantiza que los haberes superen a la inflación en su actualización. En el presupuesto, se vuelca mucho dinero a las provincias en obras públicas, en el caso de Córdoba estamos hablando de un 30% y así para todas las provincias.
-¿Cómo beneficia a Córdoba la llegada de ustedes? Sobre todo teniendo en cuenta el buen resultado electoral de Cambiemos en la provincia.
-Nosotros pudimos aumentar la representación que tenemos en el parlamento y eso es importante. Pero, además, me parece que le podemos aportar la mirada del interior del interior y eso es importante. De todos modos, cuando uno llega a ese lugar debe abrir la cabeza y analizar que las decisiones que uno toma no tienen que resultar beneficiosas sólo para la provincia de uno sino que hay que analizarlas en el contexto nacional. Yo llevo algunas ideas ya masticadas que tienen que ver con lo productivo para potenciar nuestro norte pero que también tienen que ver con las necesidades del norte del país. Desde marzo vamos a estar trabajando en eso.
-Estuviste durante todo este tiempo como intendente al frente del COMUPRO ¿Cómo analizas que ha quedado la relación entre los municipios y la provincia?
-Me parece que queda muy bien. Nosotros siempre hemos tenido una buena relación. Siendo equilibrados en los pedidos pero firme en la convicción de defender a nuestras localidades. Me parece que Oscar (Tamis) tiene la misma idea y eso se notó ya en la primera reunión que han mantenido con el Ministro (de Gobierno de Córdoba) Massei. Hay que ser cautos pero hay que mantenerse firmes en la idea de que el municipalismo debe desarrollarse. Hay que defender lo que creemos justos, sin bajar nuestras banderas pero planteando las cosas en una mesa abierta en la que prime la idea del diálogo.
-Cambiemos gana una elección legislativa que anticipa la elección ejecutiva que se va a producir en el 2019, a veinte años de la llegada al poder de Unión por Córdoba. ¿Crecen las chances de imaginar un cambio en el color político provincial de acá a dos años?
-Mirá, yo creo que cada elección tiene características particulares y la gente elige en función de lo que se esté poniendo en juego en ese momento. Hemos tenido una buena elección porque la gente entendió que era importante darle el aval al Presidente para poder avanzar en lo que sea necesario avanzar, pero eso no garantiza una victoria en el 2019 si no elaboramos una propuesta superadora a lo que han sido estos años de Unión por Córdoba. Si bien es cierto que el justicialismo tiene un desgaste, lo que hay que hacer para ganar es elaborar propuestas que enamoren a la ciudadana más allá de los nombres propios que puedan encabezar una eventual fórmula.
-¿Hay riesgo de que la discusión interna en la elaboración de esa propuesta pueda generar tensiones en la diversidad interna de Cambiemos?
-Siempre que existe una alianza electoral hay una serie de tensiones que se dan por las diferentes miradas. Mientras esas tensiones sean discursivas y propositivas, va a servir y fortalecer el espacio porque las diferentes miradas aportan a un resultado superador. Si esas tensiones se basan en ambiciones personales, cosa que creo que no va a suceder, le haría mucho daño a Cambiemos. Hay que tener en cuenta que la idea de Cambiemos supera a los nombres propios pero eso será una función de los dirigentes durante todo el 2018.
-Vuelvo a la Cámara. Desde la asunción de Mauricio Macri se habla un Congreso más abierto, dialoguista, negociador. ¿Cuál es tu primera impresión?
-En principio debo aclarar que el momento no deja ver la realidad de la Cámara. Por ahí hubo mucha virulencia en la forma de tratar las cosas, sobre todo en los dos bloques mayoritarios (el FpV y el Cambiemos). Pero cuando la discusión ya empezó a darse en los márgenes de una sesión normal, yo pude ver muchos aportes por parte de todos los demás bloques que componen la Cámara, por lo que eso me hace pensar en la posibilidad de discutir leyes de una forma colectiva rica e importante porque hay muchas miradas y eso hace que salgan proyectos mejores. Hay un diálogo fluido que enriquece las leyes que van llegando.
-Pasaron dos años del gobierno de Macri. Me gustaría preguntarte cómo lo has visto y cuáles crees que son los desafíos por delante para los dos años que siguen, más allá de la posible derivación a una reelección.
-Yo he notado un cambio sustancial y no te hablo sólo desde la realidad del municipio que me tocó gobernar (Jesús María) sino por lo que veo en muchos municipios vecinos. Yo te diría que hasta el 2015, sólo un 2% o un 3% tenían acceso a soluciones nacionales. Hoy la mayoría de los municipios, más allá del color político, tienen un proyecto que se trabaja a la par del gobierno nacional. Hay un cambio de mirada, el gran objetivo del Presidente es eliminar la pobreza y ha dicho en reiteradas oportunidades que quieren que lo juzguen por eso, sobre todo la pobreza estructural. Yo te hablo de Jesús María y te cuento que los barrios más humildes de la ciudad hoy tienen una inversión de infraestructura básica aportada por Nación como no ha tenido nunca en la historia. Para el 2018, el Presupuesto contempla una inversión incluso mayor. Y eso es una realidad de la mayoría de los municipios de la provincia. Yo creo que en eso hay un cambio fundamental en materia de políticas públicas y en la discusión en torno hacia el lugar en que el Estado debe intervenir. Dejando de lado obras superfluas para ir a obras sumamente necesarias. Recordemos que el Presidente se comprometió para llegar al 2019 con una población que acceda al agua potable en un 100% y con un 70% en avance de red cloacal. Es un compromiso y se trabaja en ese sentido.
-El desarrollo en el interior es algo que destacan muchos intendentes. ¿Puede que haya una tensión entre eso que sucede en el interior del interior y lo que se padece en los grandes conglomerados urbanos con los aumentos generalizado de los costos de vida?
-El tema de las tarifas es algo que plantearon todos en campaña porque había que terminar con el aumento desmedido de subsidios a las tarifas de los diferentes servicios. Lo que se está cambiando es la lógica de los subsidios. Vos fíjate que con el subsidio se terminó beneficiando más a los sectores de mayor poder adquisitivo que a los más humildes. Vos vas a las ciudades y, en general, las barriadas más humildes no tienen gas natural sino gas envasado. Sin embargo se subsidiaba el gas natural que se terminaba usando para climatizar las piletas de las casas de las personas con mayor poder adquisitivo. Y eso lo pagaban todos, incluso, los sectores más bajos que después tenían que comprar la garrafa. Había una distorsión tan grande que llevó a la Argentina a ser exportadora de energía a tener que comprar energía a otros países. Había que regularizar eso para salir del déficit primero para poder enfrentar de una vez por todas a la inflación después. El Presidente está dispuesto a pagar el costo político, si esto sucediese, para acomodar esto. Por otro lado, hay un entrega desmedida de subsidios a los grandes centros urbanos que genera mucha desigualdad. Un ejemplo claro es el transporte. En Capital estás pagando cinco o seis pesos y en interior se pagan quince. El presupuesto para el 2018 avanza en la equiparación de esas cuestiones pero hay que ser conscientes de que el esfuerzo hay que seguir haciéndolo hasta tanto la Argentina no recupere la capacidad ara ser generador de energía, ese es el gran desafío. Obviamente que el aumento de tarifas genera tensiones pero el Gobierno da la posibilidad asistir a cada situación particular subsidiando directamente a las personas, que es otro cambio importante. Antes se subsidiaba a las empresas que seguían generando un servicio deficiente y nadie sabía qué pasaba con la plata. Otra vez el transporte como ejemplo. En Jesús María hay personas que tienen 3 mil hectáreas de campo y usan el transporte público sólo porque es gratis. No es necesario subsidiar a esas personas, hay que subsidiar a los que realmente lo necesitan, por eso insisto con la idea de que hay que otorgar subsidios a las personas y no a las empresas que lo único que tienen como objetivo es seguir generando dividendos.
-¿El déficit se combate sólo recortando subsidios o hay que achicar otras áreas de un Estado que, ya se dijeron muchos funcionarios muchas veces, es demasiado grande?
-Es una suma de cosas. Subsidios por un lado y por otro lado está el Estado. Yo no quiero habar de grande o chico, prefiero hablar de eficiente o ineficiente. Yo creo que tenemos un Estado ineficiente y el Presidente ya ha hablado y ha dicho que es necesario un recorte de alrededor de un 20% en todas las áreas. Eso ya se está haciendo y el Presidente lo va siguiendo de cerca. Es como cuando vos tenes que recortar gastos en tu casa, no tocas una solo cosa, vas sacando un poco de cada lado. Bueno, el Presidente está abocado a analizar cada una de las situaciones para avanzar en la reducción del déficit que se necesita para crecer.
-¿Cómo ves el 2018 con este panorama?
-El país va a crecer como lo ha hecho en el 2017. No va a haber crecimientos exponenciales como alguna vez ha habido después de una crisis, pero esto también es bueno porque si no nos acostumbramos a tener grandes saltos y grandes caídas. La Argentina esta en marcha y eso se va a notar en el 2018. Como desafío me parece que tenemos que seguir intentando que la producción se ponga de pie. No hay posibilidades de avanzar sobre la pobreza sin generación de empleo. Hay que ver cómo le damos la posibilidad al sector privado para que sigan generando puestos trabajo y uno de los mecanismos es la reforma impositiva en donde la oposición también propuso una serie de cambios que terminaron por hacerse carne en la ley final. Había que bajar la presión para quien quiere invertir en la Argentina se anime a hacerlo y en el 2018 se va a seguir trabajando en eso. Desde mi humilde lugar, tenemos un par de proyectos para que algunos productos, sobre todo los agroindustriales, tengan un desarrollo mayor. Sobre todo en la zona norte menos productiva del país en donde la tierra no es tan fértil como la pampa húmeda. Hay que apostar a que la gente pueda vivir y desarrollarse en la tierra en la que nace y a eso apuntamos. Me parece también que hay que profundizar la inversión en energía, sobre todo en las renovables porque eso empuja todo lo demás y creo que en el 2018 seguiremos avanzando en esa dirección.
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