Cultura
“La pulsión de contar es innata”
Por Martín Álvarez (*)
Antonio Tello es un experimentado escritor que reside parte del año en la ciudad de Río Cuarto y otra parte en España. Nació en Villa Dolores en 1945 y se vio obligado a exiliarse ante una amenaza de muerte en la última dictadura cívico dictadura argentina. Tras 40 años de residir en Barcelona, en 2013 decidió regresar a su patria y continuar su obra incorporando la experiencia europea. En 2021, la Fundación Argentina para la Poesía lo incluyó en su colección de Poesía argentina contemporánea y también obtuvo el reconocimiento al mérito artístico del Gobierno de la Provincia de Córdoba.
Es julio del 2024, un frío atípico cae en la ciudad de Río Cuarto, pero no alcanza para enfriar las manos que traducen todo lo que pasa por la cabeza de Antonio Tello mientras marca el sendero de ida y vuelta entre el estudio de su casa y la biblioteca Juan Filloy. El vaivén de una apretada agenda y la posibilidad del contacto que proporciona la tecnología conducen a una charla virtual: su voz calma y algo ronca, con un incontrolable acento español, traspasa la pantalla para irradiar un extraño magnetismo.
¿Cómo y cuándo eligió ser escritor?
Creo que la pulsión de contar es innata, uno comienza a experimentarla desde muy chico. La cuestión es cuando uno se da cuenta de decidir hacerlo aunque lo tengas todo en contra y no veas en la elección ningún futuro, salvo el de los sueños. En mi caso, la decisión procedió de un conflicto surgido a causa de seguir una vía u otra en los estudios de ciencias económicas. La imposibilidad de resolver ese conflicto, me llevó a una depresión muy profunda en la que comencé a escribir un diario que acabé destruyendo por la oscuridad que contenía. Una vez superado a eso leí “El perseguidor”, un cuento de Cortázar, que me causó tal conmoción que me llevó a comprar una Lettera 22 y comenzar a escribir y luego a estudiar el profesorado de Castellano, Literatura y Latín en el Instituto Superior de Ciencias, que luego -en 1974- fue absorbido por la UNRC y fue la base de la actual Facultad de Ciencias Humanas.
En su primera respuesta Tello deja caer el velo de las vivencias que lo convirtieron en la persona que es hoy. Recuerda un suceso histórico en la Universidad Nacional de Río Cuarto: como presidente del Centro de Estudiantes del Instituto Superior de Ciencias, encabezó la lucha por su incorporación a la Casa de Altos Estudios, lo que permitió luego la creación de la Facultad de Ciencias Humanas.
¿Cómo describe su estilo literario?
A principios de los setenta, buscaba con ahínco el estilo, pero no sabía qué era hasta que un día compré un librito del Fondo de Cultura Económica llamado “El estilo”, el cual contenía muchas definiciones. Entre éstas encontré por fin la que me daba una respuesta satisfactoria: “El estilo es el hombre”, del conde de Buffon, un naturalista francés del siglo XVIII. Desde ese momento supe que mi estilo era yo y que ese estilo debía expresarse a través de una escritura poética, que no es precisamente una escritura lírica, sino la que se vale de los recursos retóricos de la poesía para profundizar en el conocimiento de la condición humana y de esa realidad que trasciende lo evidente.
Desde el momento en que encontró su estilo no paró de escribir, como lo atestiguan sus novelas “De cómo llegó la nieve”, “Los días de la eternidad” y “Más allá de los días”, que integran la trilogía Balada del desterrado; o algunos de sus cuentos como “El interior de la noche” y “El mal de Q.”, que recrean de forma dramática tiempos y espacios históricos que le tocó vivir.
– ¿Cuáles son los temas más recurrentes o que más le gusta abordar en sus escritos?
Mi literatura, cualquiera sea el género en el que se exprese, está signada por la búsqueda de respuestas acerca del alma humana y de la realidad en el mundo, su extrañeza, que tiene su correlato en la vida en el destierro: las pérdidas, las ausencias, la aculturación, el desgarrador sentimiento de no tener ni encontrar un lugar en el mundo, ni siquiera un lugar que uno pueda considerar de su pertenencia.
¿Qué papel juega la investigación en el momento de escribir? –
Hay escritores apegados a narrar historias testimoniales, más próximas a la crónica que a la ficción. En mi caso, escribo desde la experiencia y el conocimiento personal que traduzco a la literatura quitándole aquello que pueda identificar al personaje con el autor. También despojo esa narración del consabido argumento, porque necesito escribir desde y para la libertad y no lo puedo hacer si me atengo a un argumento, que es como un brete que conduce a los lectores a hacer y pensar como quiere el autor. La escritura que nace desde y para la libertad permite que cada lector la intérprete de acuerdo a su propia experiencia personal.
En la obra de Tello se reflejan sus experiencias de vida con un estilo versátil. Entre libros, novelas, poesías, relatos infantiles, canciones y biografías cuenta con más de 50 obras publicadas, varias de ellas realizadas en el exilio y luego reeditadas en Argentina.
¿Qué importancia tiene la literatura en el actual contexto nacional?
La literatura creativa, esa que se aparta de los dogmas de la industria editorial, siempre, no sólo en el contexto actual, puede ampliar los horizontes, favorecer el conocimiento y la imaginación. Esta literatura ayuda a desarrollar un pensamiento reflexivo y crítico que favorece la comprensión de lo que nos rodea y, por tanto, no dejarse arrastrar por la animalidad que nos lleva al odio y la violencia.
¿Está trabajando en algún proyecto nuevo?
Trabajo todos los días tanto en proyectos que actualizo permanentemente como en libros que me permitan una aproximación distinta al núcleo de la vida. Por ejemplo, ahora escribo un poema – “Roma 2023 d.C.”- que trata de la ausencia de Dios en el corazón de los seres humanos y la imposibilidad de un diálogo con él en caso de existir que nos ayude a comprender la razón de tanta injusticia y desigualdad.
¿Creé que el mundo digital ha cambiado la manera en que los poetas y escritores se conectan con su audiencia?
No, cada etapa de la civilización contribuye con adelantos tecnológicos, pero desde que el ser humano tuvo conciencia de sí y pintó en las cuevas su deseo de trascendencia hasta ahora, ese deseo sigue intacto al margen de si lo hace con las manos, con un “estilo”, con una pluma o con una máquina y en cualquier soporte.
Antonio Tello demuestra no tener problemas con los cambios y avances tecnológicos, al punto que transformó el suplemento quincenal de cultura “El Corredor Mediterráneo”, que se distribuía en papel junto al diario Puntal de Río Cuarto, en una página web con identidad propia.
¿Cuál es el mensaje que usted daría para las nuevas generaciones?
No soy dado a dar consejos, pues para eso se necesita ser sabio. En todo caso, a los jóvenes podría advertirles que no crean que el mundo empieza con ellos.
Cada vez que responde, Tello lo hace desde la sensibilidad del poeta: se toma unos segundos, piensa, organiza las ideas y las expresa con emoción y sabiduría. No sobra ni una coma en las frases de este verdadero esgrimista de la palabra.
(*) Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
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