Política

Laura Vilches: «Schiaretti dilapidó al cordobesismo»

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Desde el año 2015 la izquierda tiene en Córdoba la representación parlamentaria más importante de su historia. Luego de una gran elección del Frente de Izquierda y los Trabajadores, tres legisladores comenzaron a ocupar sus bancas en la Unicameral llevando al recinto de las discusiones legislativas un puñado de voces que durante años se venían replicando en las calles y en las manifestaciones sociales. Emergentes del descontento y el descreimiento de las políticas aplicadas con el paso de los años y de los gobiernos, las expresiones de las fuerzas de izquierda experimentaron durante las primeras décadas del siglo XXI un crecimento electoral del cual todo el arco político ha venido tomando nota. Laura Vilches es legisladora, militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y de la organización de mujeres Pan y Rosas. Con ella hablamos de las realidad política provincial y nacional, las perspectivas de futuro del gobierno cordobés, el clima social, la lucha de las mujeres y los trabajadores y, por supuesto, del horizonte de las fuerzas de izquierda en la Argentina que viene.

-¿Cómo imaginas el 2018? Sobre todo teniendo en cuenta un final de 2017 que fue muy agitado.
-De alguna manera las situaciones del 14 y el 18 de diciembre marcaron un cambio en el escenario nacional que se evidencia con la caída de la imagen pública del Presidente que reflejan las primeras encuestas de este año. Eso pasó porque el gobierno nacional tomó una medida totalmente antipopular como lo fue recortar el salario a los jubilados apostando a la falta de memoria histórica y pensando que hay ciertos olvidos en la sociedad argentina que le permitirían avanzar con este tipo de decisiones. Pero no fue así, Cambiemos tocó su propia base social y electoral porque el 40% de los que habían votado por Macri estaban en contra de esa medida y eso se hizo sentir. Yo creo que este año va a ser complicado sobre todo por las pocas perspectivas que manifiesta la economía, porque la inflación no puede controlarse y la escalada del dólar tampoco. Pero además, aparecen escándalos como el protagonizado por el Ministro (de Trabajo) Jorge Triaca que lo debilitan más y más. En ese marco es necesario intentar entender algunas estrategias, para mí desafortunadas, como la de recibir a un policía (Luis Chocobar) acusado de matar por la espalda a un ladrón y así legitimar el gatillo fácil como parte de una definición política que sostiene a rajatabla a las fuerzas represivas del Estado, pase lo que pase. Las necesita para su plan porque el ajuste que vienen ejecutando se sostiene con más represión.

-¿Y en Córdoba cómo lo imaginas? El gobernador ya abrió las sesiones y la legislatura ya ha comenzado a sesionar.
-Bueno, Schiaretti se presenta orgullosamente como uno de los gobernadores más fieles al gobierno nacional y acompañó sus medidas de modo total. Desde el punto de vista político y legislativo Córdoba viene siendo una punta de lanza para demostrar cómo se hacen bien los deberes frente al gobierno nacional a pesar de que el gobernador haya intentado despegarse en su discurso. Cuando el plantea que el gobierno nacional es responsable por las medidas que toma y para las cuales pide apoyo lo que está haciendo es intentando correrse de su responsabilidad por ese apoyo a esas leyes y lo hace porque sabe el desprestigio que la reforma previsional ocasionó al macrismo. Desde el punto de vista económico yo veo que el gobierno de Schiaretti tiene un poco más ordenadas las cosas. Se espera una cosecha record y eso es muy importante por la cantidad de divisas que van a entrar con un precio del dólar alto y también hay un leve repunte de la industria automotriz producto de la relación con Brasil que hay que ver hasta donde se sostiene porque la mano viene complicada allí. Esos elementos marcan que hay una leve estabilidad en la provincia pero que se enmarca en un contexto nacional en el que la economía no repunta. Y el gran problema es que tanto Schiaretti como Macri tienen la misma receta política para palear las posibles crisis y esa receta es el ajuste.

-O sea que más allá de ese plafón económico cordobés, la relación Macri-Schiaretti puede llevarse puesto al gobierno cordobés ante un posible fracaso de las políticas nacionales.
-Pasa que esa espalada económica que puede tener Córdoba hoy no garantiza estabilidad general. No se puede augurar hasta dónde puede dar buen resultado la dependencia con Brasil porque la crisis allí es muy marcada y todo puede estallar en cualquier momento. Pero creo que desde el plano político de la relación Macri-Schiaretti, el gobierno provincial se ha debilitado porque no fue gratuito que Unión por Córdoba haya dado los votos a Cambiemos para la reforma previsional. Schiaretti dilapidó al cordobesismo, echó por tierra la estrategia que siempre le funcionó a los gobiernos provinciales desde “la isla” de Angeloz para acá y que consistió en encontrar un chivo expiatorio en el plano nacional para evitar hacerse responsables de los desaciertos propios. Ahora, el gobernador es el más afín al Presidente. Si a eso le sumas el desgaste propio que te generan 20 años de gobierno, la situación interna del oficialismo es compleja porque lo difícil es pensar un plan B, quién viene después de De la Sota y Schiaretti.

-¿Y la izquierda cómo se proyecta en ese mapa?
-Nosotros vemos un momento muy interesante. Al gobierno provincial no le están saliendo gratis las cosas y que la imagen de Macri caiga en Córdoba repercute en su desprestigio también. El gobierno provincial puede tener condiciones objetivas a favor pero está debilitado y es posible que si mantiene la alianza política para seguir aplicando las políticas de ajuste, la población cordobesa le diga basta. En ese marco, el Frente de Izquierda viene de hacer una gran elección con más de 1.200.000 votos a nivel nacional que expresan un potencial muy fuerte y una gran representación en todos los espacios legislativos del país. Me parece que ante ese desencanto con Unión por Córdoba, el desencanto con el macrismo, la desconfianza con la versión peronista del kirchnerismo que más bien se expresa en un antikirchnerismo furioso, hay un apoyo que crece al Frente de Izquierda porque hemos demostrado que somos consecuentes, que no somos corruptos, que estamos siempre peleando por los derechos de los trabajadores y las minorías y haciendo todo lo posible para que esa lucha triunfe. Nosotros creemos que hay enormes perspectiva para la izquierda porque la experiencia es histórica y no se borra de un plumazo.

Eduardo Salas, Laura Vilches y Ezequiel Peressini, los tes legisladores que ingresaron a a Legislatura luego de la gran elección del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) en el año 2015.

-¿Cómo ves la calle, el escenario social?
-Yo creo que la buena noticia de diciembre fue que existe respuesta ante todo este plan de ajuste. Y la respuesta viene de los trabajadores, como se manifestó claramente en esas plazas de fin del año pasado. La bronca era enorme en todos lados y si no se sigue expresando tiene que ver con la política de las conducciones sindicales que vienen decidiendo no convocar a acciones directas. Eso también repercute en un descontento enorme que hay que ver si en algún momento se convierte en estallido. También me parece importante destacar que así como hay una defensa de los derechos sociales, laborales o democráticos como se vio con las marchas por Santiago Maldonado y que se expresa en el repudio a los hechos como el protagonizado por Chocobar, hay un enorme movimiento de mujeres que viene exigiendo políticas para evitar seguir muriendo por la violencia machista y que trae buenas noticias con respecto a la pelea de las mujeres por sus derechos. La semana pasada me llegó una encuesta que señala que el 65,7% de los cordobeses está a favor de una ley que garantice la educación sexual, anticoncepción y aborto. Eso da cuenta de una toma de conciencia muy grande que es producto de una lucha fuerte y persistente del movimiento de mujeres a lo largo de todos estos años. Que Rial tome ese tema y lo ponga sobre la mesa de su programa es la muestra más clara de eso.

-Me abriste un camino sobre el cual me gustaría profundizar. La lucha de las mujeres por sus derechos tiene una data histórica muy amplia y muy fuerte. Sin embargo está viviendo un momento de manifestación y avance muy grande. ¿A qué crees que se debe?
-Yo creo que es un fenómeno mundial. Se expresa en las denuncias de las mujeres de Hollywood contra sus directores, en la respuesta de las actrices francesas, en el paro internacional de mujeres del año pasado. Hay un fenómeno mundial de las mujeres tomando la escena con nuestras reivindicaciones y eso se combina con una persistencia histórica de movimiento feminista en la pelea en las calles, en la academia y en el mundo laboral. A su vez me parece la posibilidad de tener acceso a herramientas como las redes sociales que nos permiten poner en discusión temas que los grandes medios no nos permitían discutir ayuda a poner en debate todas esas problemáticas con el masivo, obviamente combinando esa acción con los métodos más tradicionales del trabajo político. Y todo esto tiene repercusiones globales como el desprestigio de la Iglesia Católica que no es más que una consecuencia de sus políticas contra los derechos de las mujeres, los encubrimientos de los casos de pedofilia y de los negocios de la curia. La gente no es zonza y cuando se le plantean las cosas desde la perspectiva correcta termina apoyando las iniciativas que tienden al bien común. Cuando vos le preguntas por el aborto a secas te dicen que están en contra, pero si hablamos de una política de salud pública en un país que tiene medio millón de abortos al año en el que la mayoría de las chicas se mueren, sobre todos las pobres y las trabajadoras, la gente lo va entendiendo.

-Hablabas de la Iglesia pero hay cierta resistencia que desde muchos sectores intentan obturar el debate sin explicitar demasiado las razones.
-Yo creo que se trata de una resistencia a cambiar. Hay sectores de la población a los que el machismo y la situación de opresión les dan ventajas y privilegios. La resistencia se manifiesta en no querer perder esos privilegios que van desde el no hacerse cargo de lavar los platos o ir a buscar a los chicos al colegio hasta el no querer dejar de acosar a su compañera de trabajo. Lo que se están tocando son intereses y ante eso reaccionan. Y por otro lado hay una falta de comprensión y empatía muy grande en esto de acusar a las activistas del feminismo de ser “violentas en sus formas”.  Vos imagínate que sos mujer y de repente te das cuenta que todo lo que viviste y padeciste durante toda tu vida es violencia, cuando eso estalla se manifiesta como puede porque es la acumulación de una violencia que recayó sobre vos durante toda tu vida. Después uno lo va intelectualizando y se va formando pero yo creo que es un proceso mucho más lento y, ahí, quienes siempre pudieron gozar de privilegios simplemente por ser hombres, deberían tener un poco más de paciencia.

«Cuando vos le preguntas por el aborto a secas te dicen que están en contra, pero si hablamos de una política de salud pública en un país que tiene medio millón de abortos al año, la gente lo va entendiendo»

*La foto de portada es Diego Lima

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