Cultura
Liliana Herrero: «Quería que lo último que se escuchase en el disco fuese la voz de Milagro Sala»
El 13 y 14 de Septiembre Liliana Herrero volverá a la capital cordobesa para presentar su último trabajo Canción Sobre Canción, un disco dedicado a reinterpretar parte de la obra de Fito Páez.
La cita será a las 21 en la Sala Agustín Tosco, Sindicato Luz y Fuerza (Deán Funes 672). Allí, Herrero repasará las once canciones que forman parte de una placa que reivindica una obra, pero, además, celebra una gran amistad. Liliana y Fito tienen una larga historia compartida. Ella afirma que fue el autor de Giros quien la impulsó a grabar su primer disco, en tiempos felices que hoy parecen muy remotos.
Precisamente, Páez produjo los tres primeros discos de la cantante: Liliana Herrero de 1987, Esa fulanita de 1989 e Isla del tesoro de 1994. Con el paso de los años, Liliana interpretó sucesivos títulos del propio Fito, con quien también intercaló colaboraciones en discos y escenarios.
Antes de su llegada a Córdoba, que culminará con una visita al Teatro Coliseo de Bell Ville el 15 de septiembre, hablamos con ella.
-¿Cómo fue interpretar a Fito para un trabajo tan específico?
-Fue algo muy especial porque tenemos una amistad enorme desde hace muchísimos años, entonces me estaba metiendo con la obra de alguien muy cercano. Él sabía que yo estaba con esa idea en la cabeza desde hace tiempo, pero una nunca sabe cuándo es el momento exacto para hacer un disco o para encarar una obra. Fueron aproximadamente dos años de trabajo en la que volví a escuchar toda la obra de Fito, desde El 63 (1984) hasta sus últimos discos, y terminé haciendo un recorte que termina a en 1999, cuando editó su disco Abre. Entre todo eso elegí, algo que significó una tarea bastante ardua.
-¿Por qué se te ocurrió este disco?
-Por muchos motivos. Te diría que el fundamental es que me gustan las músicas de Fito, pero también porque pensé que las podía cantar. Por otro lado, esto es una especie de espejo (no devolución, pero sí un espejo) de lo que hicimos en los ochenta con el primer disco mío que, en realidad, era una idea de él. Entonces me pareció que era muy interesante intervenir su obra de la mima manera en la que intervenimos obras del folklore cuando, juntos, hicimos aquel disco.
-En el disco hay dos invitados (Fernando Cabrera en Mariposa Tecnicolor y Tavo Cortes en Abre. ¿Por qué los elegiste?
-En realidad, fue todo muy azaroso. No es un disco en el que yo haya querido tener muchos invitados. Cuando estaba grabando Mariposa Tecnicolor, yo grabe la última parte e inmediatamente tuve la certeza de que la voz que debía cantar eso era la de Fernando. La verdad es que sólo se me ocurrió que eso tenía que pasar así, lo llamé, nos pusimos de acuerdo con los técnicos para mandar las cosas a Montevideo, él grabó y mandó tres versiones de la cual elegimos la que nos parecía que mejor quedaba con la canción. A mí me dio mucha alegría porque ese es un texto de Fito que bien podría haber sido escrito por Fernando, es algo bien cabrerístico aunque sea muy anterior a lo que nosotros conocimos de Cabrera. Con Abre me pasó algo parecido, yo soy muy fan de Sig Ragga. La verdad es que, cuando ya no esperaba nada del rock, aparecieron ellos y para mí fue muy importante escucharlos. Son muy cuidadosos con el material que sacan, con la forma en que se presentan en el escenario, en la que se trabajan, me había gustado mucho la forma en que piensan la música de modo integral. Entonces, hicimos lo mismo, lo llamé a Tavo y decidimos invitarlo para que grabe apenas una cuarteta de Abre. La verdad, la participación de los invitados ha sido muy breve, pero yo me di el gusto de que estuvieran esas voces.
-Otra de las voces que aparece, con fuerza, es la de Milagro Sala al final de DLG, el tema que cierra el disco. Más allá de que es una canción que tiene un gran peso político.
-Justamente por el peso político del tema. Eso sí es algo que tenía decidido mucho tiempo antes de grabar el disco. Desde que decidí grabar el tema yo supe que lo último que se tenía que escuchar era la voz de Milagro. Era ella contando en qué consistía ese barrio magnífico que construyó, que han destruido y se encargar de destruir cada día un poco más. Yo la voy a ver muy frecuentemente, ahora a su casa, pero también fui muchas veces cuando estaba en (la prisión de) Alto Comedero. Me parece una presa simbólica de estos tiempos, fue la primera que detuvieron y creo que hay arbitrariedad en las causas. Yo quería que lo último que se escuchase en el disco fuese la voz de Milagro, cosa que a Fito lo puso por contento.
-Te pregunto si te podes alejar un poco del disco para preguntarte qué escuchas cuando te escuchas reinterpretando a Fito.
-Aún me gusta. Lo escucho cada tanto, sobre todo cuando voy eligiendo los videos que vamos a ir subiendo de acá hasta fin de año porque ya están todos filmados, y la verdad es que me gusta la sonoridad que tiene, que sea casi una orquesta de cámara y la banda que me acompaña. Creo que están los músicos que tenían que estar: Pedro Rossi, Mariano Agustoni, Ariel Naón, Martín Pantyrer, Federico Siksnys y Mariano Cantero. Hay un bandoneón, también, que es un instrumento con el que yo habitualmente no grabo. La verdad es que es como si fuera, este sí, el mejor equipo de los últimos 50 años.
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