Análisis

Mentiras y medias verdades argentinas alrededor de la pandemia

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El relato argentino de la pandemia, como el relato consecuente de la cuarentena, ya demostró que a veces tiene las patas cortas.

 

En este año y meses que llevamos de pandemia ya hemos aprendido que las verdades incuestionables a veces resultan ser muy cuestionables. Y que las afirmaciones tajantes en ocasiones terminan desgranándose como arena seca.

1) Números relativos. Cada día nos vamos a dormir con un nuevo recuento de contagiados, internados y muertos que, sabemos, no es del todo real.

El número oficial de contagiados que se informa cada día depende de la cantidad de testeos que realicen las autoridades sanitarias. Basta con aumentar significativamente la cantidad de los segundos para que aumenten los primeros. O basta con cambiar los criterios a partir de los cuales las personas son testeadas o no.

Esto es por una verdad que, a esta altura, ya conocemos todos: por cada persona testeada que arroja resultado positivo, hay muchísimas más que también están contagiadas pero no son testeadas, ya sea porque cargan el virus de manera asintomática o porque no hay suficientes recursos para profundizar los tests.

Además, la cifra diaria de contagios no corresponde en todos los casos a personas testeadas ese día. En algunos casos, se trata de testeos realizados semanas y hasta meses atrás, que fueron cargados tardíamente al sistema. Es más preciso, por ejemplo, comparar la variación de cifras semana a semana.

2) La cuarentena salva vidas, se dijo numerosas veces desde el Gobierno. Es más preciso decir que las vidas salvadas se debieron a  la adaptación del sistema sanitario, tanto en sus recursos como en su logística, y a la responsabilidad social que sigue mostrando la enorme mayoría de la población. La cuarentena también acabó con muchas vidas, que no aparecen en conteos oficiales, y son las de quienes perdieron asistencia sanitaria por motivos no vinculados al coronavirus, quienes vieron descender sus condiciones sociales y económicas por la pérdida de empleos, el cierre de comercios o la desaparición de sus fuentes de ingresos. 

3) Se combate bien la pandemia porque ahora tenemos Ministerio de Salud. El gobierno de Mauricio Macri había reducido su categoría a una secretaría. Uno sabe que no importa el color, el nombre ni el tamaño del gato, si no que sepa correr bien y cazar ratones.

4) Si hacíamos lo que hizo suecia habríamos tenido 29.000 muertos. Eso lo dijo el presidente Alberto Fernández en mayo de 2020. Hoy Argentina tiene casi 60.000 muertos. No hicimos lo que hizo Suecia. No hicimos lo que hizo Estados Unidos. No hicimos lo que hizo Chile. En fin, que no hicimos las cosas bien, porque somos uno de los 15 países más afectados por la pandemia y ahora, en el primer semestre de 2021, somos mendigos profesionales de vacunas.

5) Prefiero 10 puntos más de pobreza que 100 mil muertos. Sí, también lo dijo el presidente Fernández, en otras de las frases que generaron la falsa antinomia entre salud y economía. Pero la realidad demostró, por si alguien lo dudaba, que la economía también está muy vinculada a la salud y que su buen desarrollo también salva vidas, muchas vidas. Argentina durante la pandemia vio crecer de manera firme las cifras de la pobreza. Y también la de los muertos.

6) Los epidemiólogos y sanitaristas nos van a sacar de esto. El 23 abril de 2020 fue la presentación del comité científico que acompañaría al Presidente en sus decisiones sobre la pandemia. Ya quedaron a la vista los errores cometidos por epidemiólogos y científicos que ignoraron la dimensión psicológica, económica y política de las medidas adoptadas. El comité dejó de reunirse, el Presidente no los citó más en sus discursos.

7) La enfermedad nos iguala a todos. En teoría, puede ser. Pero el proceso de vacunación, en Argentina y otros países latinoamericanos, demostró que muchos dirigentes se creen “más iguales” e importantes que los demás y se pusieron primeros en la fila para recibir su dosis. El episodio del vacunatorio VIP se llevó puesto al ministro de Salud de la Nación, Ginés González García. El mismo que había afirmado que el coronavirus nunca llegaría al país.

8) De la pandemia saldremos unidos y más fuertes. Todavía no sabemos hasta cuándo durará la pandemia. Al momento de escribir esta nota, no sabemos cuándo Argentina podrá vacunar aunque sea a la población de los grupos de riesgo y parece que recién en 2022 se podrá extender la vacunación a todos los habitantes que la necesiten. Además vamos encaminados hacia una campaña electoral, proceso que no suele ser el mejor para obtener unidades y consensos. Saber cómo saldremos de esta tragedia es todavía un ejercicio de especulación.

 

*Periodista de la sección dominguera Primer Plano. Profesor de Investigación Periodística. Coordinador de Informes Especiales en La Voz del Interior. Autor de los libros «La Sagrada Familia», sobre corrupción en el Poder Judicial y «El reino de los Juárez», sobre Santiago del Estero.

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