
Cultura
Nardo Escanilla: «Mi vieja disfruta mi carrera mucho más que yo»
Nardo Escanilla esta a punto de terminar un año y comenzar otro. Uno enorme y otro con desafíos tremendos. Para los artistas que desarrollan su actividad durante la temporada estival, los años se calculan de modo distinto. En la semana previa a la navidad, comienzan a vivir eso que para bien o para mal los marcará durante gran parte del año por venir. Nardo se pide un café y me cuenta que tiene muchísima expectativa. En un rato comienza su programa de radio, ese que abandonará para comenzar a viajar diariamente a Carlos Paz. Dice que el cuerpo ya se le acostumbró a viajar y a dormir poco. Pero no reniega y se ríe. Siempre se ríe.
-Viajaron un montón el año pasado.
-En dos años viajamos muchísimo. No paramos. Te podría decir que conocemos un montón de rutas y caminos. Porque conocimos un montón de lugares pero a la vez no conocimos nada. Actuamos un día en Santa Fe, llegamos dormimos, nos bañamos, actuamos, nos vamos a dormir de nuevo, nos levantamos y viajamos a Rosario. Llegamos, dormimos, nos bañamos, actuamos, volvemos y dormimos porque al otro día tenemos que rajar para otro lado. Siempre estamos durmiendo. Nos la pasamos viajando. Eso sí, conocemos un montón de estaciones de servicio.
-¿En qué momento pasó esto? ¿En qué momento pasaron de actuar en un círculo determinado de Córdoba a andar viajando por todo el país?
-Nosotros arrancamos con Camilo y Nardo en Mayo del 2014 y desde el principio nos fue bien acá. Camilo venía de (el grupo) Los Pelafustanes y yo de (el dúo) Biólogos que ya tenían un “nombre” en el circuito local. Eso hizo que desde el principio, los medios cordobeses nos prestarán un poco de atención. Pero de afuera no nos conocía ni el loro. En un momento se nos ocurrió empezar a subir videítos a las redes. En ese momento no teníamos tan claro esto de las redes y la viralización de las cosas. Estábamos probando. Subimos un par que anduvieron masomenos hasta que Camilo me llamó un día para hacer un videíto sobre las elecciones. Estamos hablando del 2015, un año en el que los cordobeses votamos como 18 veces. No tenía ganas, pero nos subimos al auto y lo grabamos. Fue increíble lo que pasó con ese video. Me parece que la pegamos por el tema, por esto de que votamos tantas veces ese año y el cansancio que había pero nos empezaron a llamar de todos lados. Ese video se prendió fuego, fue el primer gran quiebre de nuestra carrera. Por primera vez nos empezaron a levantar medios de todo el país. A partir de ahí todo fue más fácil porque aparecimos en el radar. Cualquier video que subíamos se viralizaba muy rápido y nos empezaron a llamar de todos lados. Ese video lo hicimos en Octubre del 2015. En Abril del 2016 empezamos una gira que tuvimos que parar, solamente, porque empezaba la temporada.
-¿Cómo caen en la temporada de Carlos Paz del 2016-2017? Imagino que no debe ser tan simple ir y ponerse a trabajar.
-Nosotros decidimos ir a Carlos Paz porque habíamos hecho una gira por todo el país. Antes, nuestro público era sólo cordobés, pero ahora la cosa se había agrandado. Entonces empezamos a pensar un show para la temporada en un bar de Carlos Paz, algo que por otro lado ya habíamos hecho en el 2015. Sólo que esta vez estábamos con más expectativa. Un día nos llamaron para un casting para la obra de Carmen Barbieri y quedamos. En teoría, porque no nos llamó más. Era noviembre y no teníamos nada cerrado. Nos empezamos a juntar con un montón de productores para ver cómo podíamos solucionar esa incertidumbre, hasta que un día (el productor) Pablo Sitoni nos dice “bueno, vamos a hacer el Teatro del Lago”. Yo tenía un cagazo bárbaro. Iba a pasar de actuar una viernes por semana en un bar en el que entraban 130 personas a actuar de jueves a domingo en un teatro con 900 butacas. En temporada en Carlos Paz. Así salió.
-Mal no les fue
-La verdad es que nosotros laburamos toda la vida para eso pero nunca pasaba hasta que llegó y nos cambió la vida. Imagínate que estuvimos siempre entre las cinco obras más vistas, algo que nos puso en la órbita de las miradas nacionales. Hubo sesenta obras en Carlos Paz y nosotros estábamos quintos. Fue impresionante y nos abrió las puertas a todo lo que vino después. Ahí conocimos al “Chato” Prada y a Hoppe que, ahora, nos terminan produciendo la obra.
-¿Cómo fue todo eso?
-En las apuradas del comienzo de la temporada, nosotros no habíamos hecho función de prensa. No me acuerdo por qué. Pero la cuestión es que en esas funciones es en dónde uno actúa para los periodistas pero también para otros actores y productores. Pero nosotros no hicimos y medio que quedó en veremos ese cruce que es muy tradicional en el ambiente de la temporada. Cuando nos nominaron a los Premios VOS, nos pidieron que también presentemos una terna. Estábamos muy cagados en las patas hasta que, en el primer premio que se entrega, ganamos. Estábamos chochos, ya no nos importó nada. Cuando nos tocó actuar nos miramos con Camilo y dijimos “ma sí, se va todo a la mierda, hagamos lo que nos gusta hacer a nosotros” y explotó. Era increíble. Es muy difícil actuar para tus pares, es como si vos tuvieses que entrevistar a Victor Hugo, se miden cosas distintas. En ocho minutos todo se prendió fuego. Yo actuaba y veía al “Chato” tentado, a Nicolas Cabré tentado, a Freddy Villareal cagándose de risa. Eso te pega un subidón bárbaro. A partir de eso todo cambió porque empezaron a tratarnos como pares, como iguales. Nos fueron a ver Hoppe y Prada, tuvimos un par de reuniones y quedamos a ver qué pasaba. Hasta que empezó el “Bailando por un sueño” de este año.
-Otra explosión.
-Nosotros hacíamos un programa que transmitíamos por Facebook Live. Y por ahí nos empiezan a joder con que nosotros tendríamos que estar en el “Bailando”. Entonces, para hinchar los huevos, para cagarnos de risa nomás, hicimos un video en que nos postulábamos. Cuando nos despertamos, al otro día, lo había retwitteado el “Chato” Prada, lo había retwitteado Tinelli y ahí se prendieron todos. Uno por ahí piensa que uno exagera y ensalza demasiado las cosas pero no, porque en verdad es muy groso. Tinelli tiene diez millones de seguidores en Twitter, Prada tiene seis millones, eso es una impresionante. Después se prendió Dybala, después Wanchope y ya empezó una seguidilla de famosos y medios y todos pidiendo que nos convoquen al “Bailando”. En ese momento, entramos en el radar de Tinelli que, me parece que es la envión definitivo que necesitábamos.
-¿Cayeron rápido en que ya estaban ahí?
-Fue todo muy increíble. Porque de repente empezamos a ver que Tinelli, el guaso que conduce el programa de televisión más importante del país desde hace casi 30 años, nos empezaba a nombrar cuando le hacían notas en los diarios y en la tele. Todo el mundo le preguntaba por nosotros, incluso un guaso le puso un par de pasacalles en la puerta de la casa y en la puerta de La Corte, una cosa de locos. Le taladraron la cabeza a más no poder. Y no fuimos solo nosotros. Y no fue sólo decisión nuestra. Hubo un empuje general para eso.
-¿Qué te pasó por la cabeza cuando llegaron al estudio y ya se sentaron en el programa?
-Es una locura. ¿Viste que los que están ahí viven diciendo que la pista genera no sé qué cosas? Energía o algo así. Esa es la posta. Vos entras y toda esa parafernalia te mete una trompada en jeta. Nosotros sabemos lo que es un programa de televisión, hemos ido como a cien durante estos años, y por lo general siempre está todo muy tranquilo hasta que se prenden las lucecitas rojas. Acá no. Todo el tiempos están al palo agitando, bailando, saltando, gritando con la música al palo. El clima que se ve en la tele es algo que sucede todo el tiempo. Es muy imponente. Es un lugar gigante con muchísima gente trabajando y doscientas mil personas saltando atrás tuyo. Además, es como que hay una bajada de línea general para evitar que haya mala onda. Vos le podes fritar el cerebro a un guardia de seguridad y jamás te va a levantar la voz o te va a empujar. Es imponente.
-¿Y la relación con Tinelli?
-La primera vez que fuimos el tipo nos saludó a la pasada antes del programa como dando por sentado que nos reconocía. Entonces nos sentaron ahí adelante del jurado, en el piso. Cuando en medio del programa nos nombró, y la cámara nos ponchó, nos empezamos a tirar pedos de colores. No me acuerdo ni lo que dijimos pero fue un momento muy groso. A vos te puede gustar o no lo que hace un tipo así pero se te cruzan un montón de cosas. Yo lo veo desde que tengo 11 años, es el programa más visto de Latinoamérica, es el tipo que hizo tal, tal y tal cosa y es el número uno del ambiente en el que trabajo. Más allá de cualquier otra cosa. Eso es muy fuerte. Además de una publicidad impagable ¿no?
-Contame algo de “Explosivos” el espectáculo en el que van a trabajar la temporada en Carlos Paz.
– Nosotros sabíamos que existía la posibilidad de trabajar con Dabope, la productora de Federico Hoppe, el “Chato” Prada y Ezequiel Corbo, pero la cosa se venía dilatando bastante. Además, también es una decisión y un riesgo. Porque nosotros venimos de jugar la nuestra y que nos vaya bien haciendo lo que nosotros queremos hacer pero esto significa un cambio grande. Veníamos de ser cabeza de obra en una temporada en la que nos había ido impresionantemente bien y nos íbamos a sumar a un elenco en el que somos el fondo de olla. Pero lo entendimos, sabemos todo lo que esto implica. Venimos de jugar muy bien y ganar la B y nos compra un equipo de primera, lo lógico es que nos haga comer banco un tiempo y después veamos. Yo creo que la intención de ellos es foguearnos un poco también. Capaz que quieren ver cómo anda esta obra, cómo nos insertamos en el elenco, para luego salir de gira y después ver si se puede producir una obra de Camilo y Nardo.
-¿Conocían a sus nuevos compañeros de cartel?
-¿Vos sabés que no? A Ninguno. Ahora que me preguntas, caigo en la cuenta de eso. Justo estamos en la obra en la que están todos los que no conocimos antes. La verdad esa es otra apuesta. Es la primera vez que nos sumamos a un elenco. Vamos a aprender un montón de cosas con respecto a cómo se labura y como se organizan estas cosas. Yo veo laburar a Flor de la V, por ejemplo, y es increíble el profesionalismo de la mina. Tiene 18 mil temporadas encima y los pone en el escenario y en cada ensayo. Es hermoso laburar con esta gente. Nos maravillamos todo el tiempo, es como andar en un zoológico.
-¿Ustedes se sienten parte de esa jungla?
-Y no, la verdad es que nosotros estamos en la fiesta pero medio que en la puerta. Hasta ahí nomás. Es como que estuvimos colados durante un buen tiempo, nos reconocieron y ahora ya no están invitando.
-¿Cada cuánto tiempo se miran con Camilo y dice “boludo, mira dónde estamos”?
-Todo el tiempo. A mí me pasó siempre eso de sorprenderme. Con (su anterior proyecto) Biólogos me pasaba lo mismo, siempre voy cuatro o cinco pasos atrás de las cosas que me pasan. A la marquesina de Carlos Paz, que era enorme e impactante, creo que la ví una sola vez y dije “Uh, qué grande”. Mi vieja disfruta mi carrera mucho más que yo. Y está bueno que eso pase porque tiene que ver con el trabajo. Estas todo el tiempo laburando, entonces veo una marquesina y estoy empezando a pensar cómo hago para que lo que sigue justifique esa marquesina. Yo siempre pongo el mismo ejemplo, si vos estás jugando la final del mundo y hacés un gol, tenés que volver al centro de la cancha y concentrarte para seguir jugando. No podés entregarte de todo al festejo porque vas a perder el partido y va a ser peor que si no hubieses hecho ningún gol.
-El secreto está, entonces, en el trabajo y en no creérsela.
– Por suerte nunca nos comimos el viaje. Esto es fugaz y si te descuidas dos segundos estás afuera. Nunca dijimos “ya está”. Seguimos laburando a morir y si vos estás laburando así es imposible que te comas el viaje. Lo importante es no perder el foco.
0 comments