Política

Nicolas Trotta: «Todos sentimos que estamos viviendo el día a día»

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En el marco de la campaña electoral hacia las elecciones generales del 27 de octubre, el jefe de los equipos técnicos del Frente de Todos, Nicolas Trotta, participó este jueves de una serie de actividades en Córdoba que contemplaron reuniones con dirigentes políticos, gremiales y universitarios. La necesidad de construir consensos desde el minuto cero de un eventual nuevo Gobierno para la Argentina, a la cabeza de las necesidades plateadas por uno de los hombres más importantes en la «mesa chica» de Alberto Fernández. 

-¿Cómo vienen viendo la campaña?
-Ha sido una campaña que tuvo una primera etapa muy buena para nosotros por el apoyo contundente a la candidatura de Alberto Fernández, pero también por la forma en que la gente se ha expresado a favor de un cambio urgente en las políticas públicas que han imperado en la Argentina durante los últimos cuatro años. Porque, en las primarias, no sólo pasó que la mitad de los argentinos votaron por Alberto Fernández, sino que dos de cada tres le han dicho «no» a las políticas de Macri. Eso impone un marco de mucha responsabilidad para un futuro Gobierno, porque la Argentina que viene va a necesitar de la construcción de consensos profundos. No sólo para enfrentar la emergencia social y económica, sino para poder transitar el camino hacia el desarrollo en un país que demanda una fuerte participación de los gobernadores, los empresarios y los trabajadores.

-¿Se puede pensar en acordar con el actual Gobierno algunos puntos con respecto a temas específicos de cara a lo que viene? Pienso en el Presupuesto y la negociación con el Fondo Monetario.
-Hasta el 10 de diciembre, el Gobierno debe asumir su responsabilidad y hacerse cargo del despliegue de las políticas públicas. En cuatro años se han preocupado demasiado en hablarle a este supuesto “mercado” y se han distanciado mucho de la sociedad. No han prestado atención, por ejemplo, al grave problema inflacionario que nos afecta a todos y que golpea el poder adquisitivo de nuestros salarios. No me refiero exclusivamente al Gobierno de Macri, pero creo que a cualquier administración que llega a una situación de extrema debilidad, se le hace prácticamente imposible alcanzar acuerdos básicos; no sólo con la oposición sino también con el conjunto de las fuerzas sociales, políticas y económicas. Me parece que, de acá al 10 de diciembre, el Gobierno de Macri tiene que asumir su responsabilidad y que el esquema de diálogo deberá pensarse una vez consumada la elección del 27 de octubre. Si el resultado es el de las PASO, allí empezamos la transición.

-¿Qué puede pasar de acá al 10 de diciembre? ¿Cuáles cree que pueden ser los mayores riesgos en materia económica y social?
-Todos estamos viendo lo que pasa con mucho dolor y mucha incertidumbre. Tenemos que ser conscientes de que el último dato de pobreza (que marca que un 35% de los argentinos vive en esa situación) muestra una foto vieja. Nosotros estimamos que hacia fin de año la pobreza va a llegar a un 38%, ya que en estos meses se sigue agravando el proceso inflacionario y eso hace que empeoren las condiciones de consumo porque se agrava la caída en la capacidad de compra del salario. Entonces, todos sentimos que estamos viviendo el día a día. También me parece que empezamos a vislumbrar que en un futuro no tan lejano puede haber una forma distinta de hacer las cosas a partir de la construcción de consensos, y que la llegada de un nuevo Gobierno puede llegar a desplegar una serie de medidas que comiencen a aliviar el enorme peso que han tenido sobre sobrellevar durante cuatro años los sectores medios y los trabajadores argentinos.

-El único gobernador justicialista que no se ha manifestado en apoyo a Alberto Fernández es Juan Schiaretti, sin contar a Juan Manuel Urtubey que forma parte de otra fórmula presidencial. ¿Cómo se construye en Córdoba teniendo en cuenta esa particularidad?
-Estamos en medio de un proceso electoral que se va terminar dirimiendo el 27 de octubre y a partir del 10 de diciembre comienza otra etapa. Desde ese momento, se va a tener que empezar a construir sobre los acuerdos y los espacios comunes. La Provincia de Córdoba, no sólo que se encuentra en el corazón de la Argentina sino que tiene un peso enorme a la hora de imaginar cómo encaramos un nuevo proceso de desarrollo con crecimiento y equidad. En ese sentido, tenemos una enorme expectativa, no sólo sobre el futuro rol de Juan Schiaretti, sino también respecto al rol de Omar Perotti en Santa Fe. Seguramente serán, estas provincias, dos pilares fundamentales en el Argentina que se viene porque vemos que tenemos experiencias muy valorables para lo que debe ser el desarrollo de las economías regionales del centro del país. La expectativa es que el futuro Presidente pueda sentar a los 23 gobernadores y al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en una misma mesa en pos de acordar una agenda común. Creo que hay una sociedad que necesita que los marcos de acuerdo se institucionalicen desde el momento en que un Gobierno nace, porque en la historia política argentina los consensos empiezan a estar en la agenda cuando las administraciones trastabillan o pierden apoyo popular. En ese sentido, me parece que la existencia un Gobierno que consensúe una metodología de trabajo desde el primer día de gestión es un aporte inédito en la democracia contemporánea.

-¿Qué significa para el Frente de Todos la unificación entre la CTA y la CGT?
-Es muy importante que el sector del trabajo pueda unificar una mirada y que esa mirada no se base solamente en la defensa legítima de los intereses del sector sino que también contemple una apuesta en pos de fortalecer la construcción colectiva. Necesitamos un movimiento obrero que esté dispuesto a participar de los debates que creemos necesarios, de la misma forma que necesitamos de un sector empresario fortalecido ya que, desde allí, se crean la mayor cantidad de riquezas en la sociedad. Tenemos que ir todos hacia el mismo horizonte: la recuperación de la economía y el desarrollo del trabajo argentino. Si realmente logramos que el movimiento obrero tenga una mirada de consenso hacia adentro de su sector, vamos a poder pensar en un diálogo institucionalizado mucho más fructífero de cara al futuro, sabiendo que proceso que se viene no va a ser fácil y que hacen falta consensos para poder empezar a encontrar espacios comunes. Necesitamos, además, tener un Gobierno y un Estado que busque ser garante de esos acuerdos.

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