Cultura

¿Qué hace un manager? Entrevista a Gabriel Turielle

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Gabriel Turielle es un experto en las industrias musicales y CEO de Contrapedal, una plataforma de conexión artística ycreativa, que con sedes en México y todo el continente, desarrolla proyectos en toda América Latina.  Como manager ha trabajado en el desarrollo y posicionamiento de proyectos como Max Capote, Dani Umpi y Franny Glass (Uruguay), Apanhador Só y Francisco, el Hombre (Brasil), Descartes a Kant (México) y Miss Garrison (Chile), entre otros. En los próximos días estará visitando Córdoba nuevamente para brindar un taller orientado a músicos, managers y otros actores de la industria musical. ¿Qué rol cumple en la actualidad un manager en el mundo de la industria musical del siglo XXI? Gonzalo Puig se lo preguntó a Gabriel y nos regaló está charla para Mano a Mano Córdoba.

-¿Qué hace un manager musical?
-El manager es parte de un engranaje empresarial. Si vos tenés una empresa, porque tu banda es una empresa, no podes hacer todo sólo. O capaz que sí podes hacerlo pero antes tenés qué saber cómo se hacen cada una de esas cosas que tenés que hacer. Por lo general, el rol del manager es como el de un gerente que proyecta la carrera de un artista, se hace cargo de la planificación estratégica, se hace cargo de las negociaciones, representa al proyecto cuando es necesario hacerlo, busca las mejores oportunidades, hace las veces de relacionista público y básicamente es el timón de un proyecto integral del que el artista es el motor.

-¿Cómo cambia el trabajo del manager en tiempos en las que las redes sociales por ejemplo sirven para que los músicos tengan un contacto más directo y fluído con su público o en años en los que la industria paree que ha perdido su poderío por la aparición de herramientas que, precisamente, tienen un fuerte carácter democratizador en materia de acceso?
-Hubo tiempos en el que la industria era bastante monopólica y estaba todo muy restringido en materia de difusión y distribución, pero eso cambió. Hoy está todo más abierto y precisamente eso hace que el rol del manager tome otra importancia. Con la gran dispersión que hay, el rol que adquieren las relaciones humanas es central. La presencia del manager en los mercados y ferias culturales es central para generar intercambios permanentes que van multiplicando las oportunidades. Hoy el artista tiene que hacer mucho más que música porque tiene que saber comunicar, tiene que abrirse a intercambios y tiene que saber generar sus propias plataformas. Más que ser una especie de “mafioso y acaparador”, el manager cumple hoy un rol articulador muy importante y debe estar más atento a compartir y a encontrar los caminos que hoy se multiplican pero eso genera un desafío muy complejo porque hay que saber elegir por dónde ir.

-¿Existen todavía los tipos que andan de bar en bar escuchando bandas y eligiendo proyectos con los cuales trabajar o YouTube y las plataformas han dejado eso en el pasado?
-Hoy todo se concentra en ferias y encuentros que tiene que ver con el intercambio específicamente. Algunos de ellos están generados incluso por la propia industria. Ahí se reúnen músicos, productores y profesionales de la música y por lo general las bandas tienen la posibilidad de mostrar sus producciones en lo que se conoce como showcase, que son pequeños espacios en los que los artistas preparan conciertos de 15 o 20 minutos para mostrar lo que hacen. Hoy se da así, aunque también subsiste mucho el boca a boca y las recomendaciones entre managers y productores. La comunicación interpersonal sigue siendo fundamental y subsiste a pesar de todo lo demás.

-Haces este tipo de talleres por todo el continente ¿Hay un conjunto de necesidades que son comunes a la mayoría de los artistas a la hora de empezar a trabajar?
-En América Latina se dan cosas que son muy comunes en todo el continente. Para empezar no debemos dejar de lado la necesidad imperiosa de que cada integrante domine bien su instrumento y que exista una buena cohesión entre todas las partes de una banda, algo básico. Lo que a la mayoría les falta es lo que podríamos llamar “guión de escenario”, algo como un mapa de actividades que se van desarrollar dentro de un show para que desde que se suben hasta que se bajan estén pasando cosas todo el tiempo y que eso sirva para ofrecerle al público una experiencia de show más que subirse solamente a tocar. Hay problemas de comunicación que son bastante comunes, desde el tema del manejo de la estética y la fotografía hasta la forma de relacionarse con la prensa. Eso en materia estilística pero también hay toda una serie de falencias en lo que tiene que ver con la estrategia de negocios y el plan de acción que, en general, no es algo que se acostumbre a pensar desde las bandas.

-¿Y cómo están los músicos en materia de formación legal? Digo esto pensando en materia de derechos y la forma en que los artistas los hacen cumplir en algunos casos específicos como pueden ser los contratos con discográficas o con las empresas que producen los megafestivales.
-Hay una falencia también, sobre todo en lo que tiene que ver con los derechos de autor y los derechos sobre la propia obra. Hay una brecha muy grande entre los que manejan estas cuestiones y los que no. En nuestros talleres nosotros trabajamos estas cuestiones pero siempre lo enfocamos en el rol del manager porque si bien los músicos son los beneficiados o perjudicados directos, hay toda una cosa pasional que tiene el artista que por ahí juega en contra. El manager tiene que tener la cabeza más fría y dejar de lado lo emocional. Nosotros hablamos sobre contratos porque creemos que existen contratos que directamente no se deben firmar. Tenemos ejemplos varios que mostramos en el taller.

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