Cultura

Raúl Castro «El único límite que conoce Falta y Resto es la autocensura»

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Falta y Resto vuelve a Córdoba para presentar su espectáculo Ilegal. La cita es el Viernes 13 de Septiembre en el Teatro Libertador a las 21.

Por haberse parado siempre del lado del frente a lo establecido y tradicional, la murga más popular de Montevideo se ubica entre los primeros planos de la referencia histórica latinoamericana. Con este nuevo espectáculo, volverán a confirmarlo.

En una decisión que se transformó en un hecho absolutamente novedoso para los carnavales, trayendo polémicas y desacuerdos entre sus directores, la murga incorporó a siete mujeres en su formación para su espectáculo misa murguera durante el 2018. De un lado quedó Raúl Castro quien está de acuerdo con la integración de las murguistas y su posibilidad de refrescar la cara de la murga. Del otro, Hugo Brocos quien se negó a firmar la planilla para participar en los carnavales 2019, argumentando «diferencias artísticas».

El hecho derivó en un presente en el que la Falta y Resto anda por nuestro país trayendo un espectáculo donde la fiesta popular se transforma en un encuentro clandestino e inclusivo.

A pocos días de su arribó a Córdoba, Mauro Bruno Kunath habló en exclusiva para Mano a Mano Córdoba con Raúl Castro.

-¿Qué tiene que ver Ilegal con la discusión interna derivada de la decisión de incorporar mujeres a la murga? ¿De qué trata el espectáculo?
-El espectáculo trata de una banda de locas y locos músicos callejeros que tratan de encontrar el último tablado y cuando lo encuentran se dan cuenta que está desapareciendo.  Ahí es cuando por medio de un poeta tratan mediante versos cantados de salvar el tablado. Intervienen en esa ilegalidad el coro paritario que comenzó con la Falta y Resto en el espectáculo misa murguera. Siempre tratamos de reflejar lo que nos pasa y metaforizarlo con la realidad que vive el pueblo; porque la única forma de pintar el mundo es pintando bien tu aldea. Nosotros nos dimos cuenta hace casi 40 años que la mejor manera de pintar tu aldea es pintando la murga.

-Recuerdo haber leído una nota que sostenía que la Falta y Resto había llegado para hacer la revolución en el carnaval, levantar la bandera de la igualdad y el feminismo en los carnavales. Se supone que la murga siempre debe ser revolucionaria o por lo menos crítica a la actualidad pero parece que en algunas cosas todavía es conservadora.
-Somos un instrumento que está al servicio  del movimiento que hoy por hoy se convirtió en el más revolucionario del mundo que es el feminista. Cuando digo somos instrumento es porque así nos sentimos como murga paritaria. Nosotros, como murga paritaria, damos la oportunidad de confrontación en igualdad a un grupo de maravillosas artistas, actrices que son las murguistas. Por ejemplo, encontré que una chica  que conoce mucho de carnavales en la televisión me dijo que el problema de la falta no es que puso mujeres, sino que las mujeres que puso son demasiado buenas,  inclusive mejores que los varones. Capaz que ahí aparece eso que molesta.

-Después de lo sucedido, leí varias críticas hacia el Carnaval. ¿Se puede cambiar?
-Nuestra tradición es romper tradiciones. De eso nos hemos encargado en los casi cuarenta años de existencia. Cuando llegamos, rompimos la tradición de vestirse con un único traje, nosotros nos vestimos con tres trajes diferentes, y se nos criticó. Ahora, que se volvió una tradición vestirse con trajes diferentes, nos estamos vistiendo prácticamente con un único traje para volver a la esencia. Eso se debe a que nos dimos cuenta que el carnaval se transformó en demasiada luminaria y se confunde con la verdadera esencia del carnaval que es transforma la realidad en alegría.

-Hay gente sostiene que no se puede ir contra una tradición. Es, precisamente, esa que dice que tiene que la murga debe estar integradas por varones. 
-Lo que pasa que mi educación siempre ha sido la libertad. Mi padre me enseño la libertad y todo lo demás lo aprendí en la escuela, en la vida, en la universidad, lo poco que concurrí pero que fue muy intenso, en la refinería de petróleo donde trabaje como operador, en los vestuarios de basquetbol donde jugué más de diez años. Todo lo que sé lo aprendí en esos lugares, en algunos libros y escuchando músicos. Pero mi viejo me enseño que lo más preciado que puede conservar un hombre no es  el oro ni siquiera el tiempo, sino la libertad en toda extensión imaginable.

-Pensando en que vinieron a romper con una tradición muy arraigada pareciera que la Falta y Resto no tiene límites a la hora de meterse en arenas movedizas. ¿Cuál es el límite de la Falta y Resto? ¿Hay algo con lo que no se meterían?
-El único límite que conoce Falta y Resto es la autocensura. Todo lo demás está totalmente permitido. Nos hemos llegado a desnudar arriba de un escenario, hemos transgredido géneros y hemos reivindicado la lucha por los derechos humanos desde nuestra más tierna infancia como murga. Si decidimos hacer algo, lo hacemos sin ningún tipo de prejuicio.

-Argentina y Uruguay están recorriendo los últimos meses en cara a las elecciones. En Argentina hay posibilidades concretas que vuelva el progresismo mientras que Uruguay parecer suceder lo contrario.
-Creemos que en Argentina está madurando un proceso de justicia social que empezó hace más de setenta años. Uruguay amagó con consolidarlo en la época del batllismo y lo perdió cuando cayó bajo la horda del imperialismo norteamericano después de la segunda guerra mundial. A pesar de no ser un país rico y no haber llamado la atención ni de españoles,  ni portugueses hasta mitad  del siglo pasado cuando los norteamericanos se dieron cuenta  que lo que había en Uruguay  realmente importaba, sobre todo como base política. Ahí fue donde desarmaron, de alguna manera, aquella base batllista. Sobre todo, todo lo que refiere a la solidaridad social. Después, el Frente amplio logró recuperar esa memoria colectiva y consolidar nuevamente el modelo más solidario, que es estatal con carga impositiva para los que más tienen y se diferencia al modelo más individualista, que es privado con carga de calidad de vida para las mayorías, que son los que menos tienen. Esos dos modelos están en pugna desde hace mucho tiempo. Veremos qué pasa en las elecciones.

-¿Cómo se sale de esto?
-Ocupándose un poco más de la biblioteca y un poco menos del carrito. Sobre todo cuando se llega al gobierno por parte de las tendencia progresistas de América Latina. Evo Morales logró terminar con el analfabetismo en Bolivia, ese creo que es uno de los logros más importantes que ha obtenido un líder político en el último siglo. Si Evo pudo hacerlo por qué nosotros no podemos. Ojo, cuando hablo de analfabetismo no hablo solamente de aprender a leer y escribir. Yo por ejemplo, soy analfabeto tecnológico y es hora que estudie las nuevas posibilidades que las tecnologías me ofrecen. Me siento en la obligación de aprender tecnología para comunicarme que ha exigirle a un analfabeto que no sabe leer ni escribir que aprenda hacerlo.

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