
Política
Javier Bee Sellares y los desafíos de ser opositor
Después de haber acompañado al intendente Mestre como espada legislativa primero y como Secretario de Gobierno después, Javier Bee Sellares se hizo cargo de su banca en la Legislatura de Córdoba en un momento clave de cara al armado definitivo para las elecciones del 2019. Conocedor de las formas legislativas de los oficialismos y las oposiciones, el representante del radicalismo por el Departamento Capital sabe que hay un mapa trazado en que Unión por Córdoba hará lo posible para que el barajar y dar de nuevo no los perjudique en las elecciones por venir. También sabe que para seguir gobernando, el peronismo tiene que (precisamente) seguir gobernando y que la unicameral es una herramienta fundamental para eso. Presentes y expectativas de uno de los pesos pesados de la bancada opositora en esta charla con Mano a Mano.
-¿La forma en la que se modificaron las pautas electorales de la provincia expuso la dinámica de la Legislatura?
-Sí, pero en realidad cada vez que una mayoría se impone en un cuerpo legislativo sin la intención de buscar consensos, esas prácticas quedan expuestas. Al tener quórum propio, Unión por Córdoba no busca nunca el consenso, menos aún cuando tiene que votar leyes que para ellos son claves. Directamente va y las aprueba.
-¿Por qué decidieron no bajar al recinto? ¿Por qué no bajaron a dar la discusión?
-El bloque analizó que lo dicho, dicho estaba y que era muy difícil poder lograr algún tipo de modificación a las leyes que estaban planteadas. El día anterior habíamos participado de la reunión de comisiones de las que salió el despacho y cuando quisimos introducir nuestras modificaciones nos dijeron que no. Ante esa situación decidimos que, como hecho político, nuestras ausencias iban a servir para plantear que se nos estaban dejando sin ninguna posibilidad de plantear nuestros aportes a una ley tan fundamental como lo es esta que modifica el sistema electoral en la provincia.
-¿Realmente crees que el gobierno empieza a “atajarse” con estas cosas ante el temor de lo que se le puede venir el año que viene?
-No hay ninguna duda. No existe ninguna otra explicación para los tres proyectos que ingresaron en los últimos 60 días. Lo que se intentó, desde el primer momento, fue buscar un momento oportuno para cambiar las reglas de juego de cara a la elección que viene. Yo creo que ahí está lo más triste porque toda ley tiene que ser hecha con un esquema de permanencia en el tiempo, más aún as leyes electorales. No se puede tratar de generar parches que responden a la coyuntura electoral cortas porque a los ciudadanos hay que brindarle las garantías para que efectivamente puedan elegir al representante que quieren elegir.
-Más allá de lo técnico. ¿Qué cambia con estas modificaciones? ¿A quién le conviene que las normas electorales tengan la forma que tienen a partir de estos cambios?
-Esa es la parte más triste del asunto porque cuando se modifica una ley electoral no se puede hacer en función de quién gana y quién pierde. Yo interpreto que Unión por Córdoba cree que fragmentando el voto tiene más posibilidades de ganar. La fragmentación es un fenómeno que se viene dando ya en los últimos años pero con estas modificaciones se le da la oportunidad a un montón de aventureros políticos para que, a sabiendas de la existencia del financiamiento y con fácil acceso a la personería jurídica, intenten presentarle a la sociedad una serie de propuestas de forma absolutamente desvergonzada. Obviamente que siempre está la posibilidad de que alguien comparta esas propuestas y por eso me parece que la intención es fomentar ese tipo de panorama electoral buscando beneficiarse a partir de estas tres leyes.
-Habitualmente se le llama reforma política a las reformas electorales. Entiendo que la última gran reforma política que se llevó adelante en la provincia fue la que generó De la Sota apenas asumió la gobernación. Allá hubo una modificación estructural del Estado y las instituciones. Una de las más destacadas modificaciones fue la que unificó al poder legislativo que antes estaba compuesto por una Cámara de Diputados y una Cámara de Senadores. Teniendo en cuenta la forma en la que se comportan las mayorías oficialistas en la Unicameral, ¿no sería bueno discutir si Córdoba debe volver a un sistema bicameral?
-Yo sostengo la teoría de que el Estado en la Argentina es muy caro por lo que no estoy de acuerdo con la idea ampliar estructuras. Ahora, atendiendo a la realidad que vos describís, lo que yo planteo es que hay que ver las formas para que las mayorías deban ser agravadas a la hora de aprobar determinado tipo de leyes. Aprobar una reforma electoral por un voto más o un voto menos no tiene el más mínimo sentido. Si para la reforma electoral el peronismo hubiese necesitado dos tercios de los votos, se hubiese sentado a dialogar para acordar una ley que contemplase las visiones de todos los sectores.
-¿Cuál viene siendo el rol de la oposición en la legislatura y cuál crees que debería ser? ¿Hay alguna estrategia como para poder empujar alguna discusión?
-Cambiemos tiene una forma de funcionamiento muy clara. Los legisladores en su conjunto presentan proyectos que el oficialismo no trata, salvo honrosas excepciones, pero fundamentalmente lo que hacemos es tratar de visibilizar los temas que el peronismo no está llevando de forma correcta. Me parece que el esquema de trabajo futuro es ese, de cara a la sociedad creo que es necesario poder hacer visibles nuestros planteos con respecto a la forma en la que el oficialismo lleva adelante sus políticas. Obvio que esa visibilización también servirá para tener un diagnóstico y pensar las propuestas de cara a la contienda electoral del 2019.
-En esta discusión de la reforma, Cambiemos logró consensuar una postura que mostró la fortaleza interna del interbloque. ¿Puede ser la legislatura el lugar en el que esa unidad se empiece a expresar de cara a la elección del año próximo?
-Yo estoy convencido que sí. Salvo en temas muy puntuales, el bloque vota en forma compacta a pesar de que existe la libertad de conciencia y el análisis que tiene cada legislador. Yo creo que el peronismo utiliza el argumento de que Cambiemos tiene varios candidatos con la única intención de presentar eso como un problema, cuando en verdad es una virtud. Lo trascendente es que Cambiemos tenga un diagnóstico de los problemas de la provincia y tratar de encontrar la forma para solucionarlos. Después seguramente vamos a encontrar los mejores nombres para que expresen esas propuestas y nos representen.
-¿Tenes una lectura con respecto a los problemas de la provincia?
-Yo creo que el tema de la obra pública es un gran tema. Unión por Córdoba gobierna hace 19 años y empezó a hacer obras hace dos. Estamos atrasadísimos en materia de infraestructura y necesitamos por lo menos cinco años para ponernos al día con las obras que necesita la provincia. El tema energético es otro tema trascendente y no sólo por los cortes de luz que sufrimos los cordobeses sino por la forma en que el problema perjudica a la matriz industrial de la provincia. Unión por Córdoba no le da lugar a la salud, un tema muy pero muy delicado que, en muchos casos, si no fuera los municipios sería aún peor. Hay muchos temas por abordar. Yo particularmente también advierto que la deuda de la provincia se está tornando inmanejable y que vamos camino a que eso se convierta en una bomba de tiempo.
-Hablas de la obra pública y de la deuda. ¿Córdoba tiene una caja propia para hacer frente a sus obligaciones o necesita ser “salvada” de modo constante por la administración nacional?
-Afortunadamente para todos los cordobeses, el gobierno de la provincia recibió una inyección económica para solucionar el problema histórico con la Caja de Jubilaciones de Córdoba. Eso le permitió a la provincia sacarse un problema de encima y focalizar fondos para la obra pública. Pero también hay que el financiamiento que ha pedido la provincia en muchos casos fue para obra pública y en muchos otros fue para seguir pateando deuda hacia adelante, tomando deuda nueva para cancelar deuda vieja. El nivel de endeudamiento tiene que ser medido a partir de la capacidad de repago y cuando uno empieza a tomar conciencia de la cantidad de intereses que se están pagando y cómo esos intereses se irán acumulando año a año empieza a darse cuenta de que el tema puede tomar un cariz complicado. La capacidad de repago de la provincia va a tener un límite y yo creo que nos estamos acercando peligrosamente a ese límite.
0 comments