Actualidad
“La política exterior actual está desvinculada del mundo e ideologizada al extremo”
Rara, extraña y sin precedentes son los adjetivos con los que Mariano Saravia, periodista especializado en Política Internacional, califica a la política exterior de la gestión de Javier Milei.
En la última semana, el mandatario argentino viajó por séptima vez a Estados Unidos para reunirse con Donald Trump, asistió a la Cumbre del G20 en Brasil y mantuvo reuniones bilaterales con Xi Jinping, su par chino, y con Georgia Meloni, primera ministra italiana.
Argentina se posiciona y se mueve en el tablero de la política mundial. Por ello, el también escritor, conferencista y docente universitario, explica cuáles son las claves para entender sus movimientos.
“Es una política exterior totalmente desvinculada del mundo e ideologizada al extremo. Actualmente tiene un alineamiento con Estados Unidos y con Israel, con la salvedad de que el único directo es con Israel. Pero ninguno de los dos tienen un beneficio concreto para la Argentina”, comentó Saravia, en diálogo con Mano a Mano.
Cuando se trata de relaciones internacionales, para Saravia, hay una proposición que establece que no existen amigos o enemigos. Solo existe un vínculo que se establece entre Estados en búsqueda de un beneficio común. Desde la campaña presidencial, Milei había expresado su intención de alinearse con Estados Unidos, Israel y los países que pertenecen al “mundo libre” y romper relaciones con aquellos que consideraba “comunistas”. La principal intención de su política exterior era la de atraer inversiones.
- ¿Cómo se pueden describir los alineamientos que hoy mantiene Argentina?
- Son alineamientos de amigotes. Con Israel no hay ningún beneficio, porque sigue votando en contra de Argentina cuando en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se vota por Malvinas y tampoco trajo inversiones. Y con Estados Unidos es raro porque con la administración demócrata (de Joe Biden) no hubo cercanía y con Trump es pura foto. Cuando llegue el momento no les vamos a vender nada, ya lo demostró cuando gobernó y ahora en campaña dijo que su política va a ser proteccionista de la industria nacional.
El triunfo del actual presidente argentino se dio en sintonía con un avance de la derecha en occidente durante los últimos años. VOX en España, Hermanos de Italia, la Agrupación Nacional en Francia (donde finalmente se impuso Emmanuel Macron), Alternativa para Alemania, el Partido Republicano y el Partido Liberal (liderado por Jair Bolsonaro) son algunos ejemplos.
Sin embargo, Saravia sostuvo que “no tiene un alineamiento verdadero con la extrema derecha mundial”. Y argumentó que se debe a que, por el contrario del resto de las extremas derechas, el gobierno liberal de Milei no es nacionalista, productivista ni proteccionista.
En la Cumbre del G20, que se celebró en Río de Janeiro, Argentina marcó una diferencia con el resto de los países. Aunque al principio se había negado, finalmente apoyó la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza que había sido impulsada por Luis Inacio Lula da Silva. Pero lo hizo marcando una distancia, al asegurar que en Argentina ese combate se realizará de la mano con el libre mercado.
“La Cumbre del G20 deja la confirmación de que hay una reconfiguración del mundo, que siguen siendo importantes los países que la integran y que son parte de los BRICS. Brasil tuvo una centralidad marcada, Lula generó agenda y consiguió que todos la voten, salvo Milei que lo hizo con disidencias”, comentó al respecto. Y agregó que “Se trató de una agenda que, para Milei puede ser ‘comunista’, pero es la que compartieron hasta los países más capitalistas. La Agenda 2030: el desarrollo sostenible, el hambre, un freno a las empresas de redes sociales y los derechos humanos”.
Derechos humanos en la era Milei
La política internacional tuvo diversos giros durante los once meses de la actual gestión. El más reciente se dio en las últimas semanas cuando, en la Asamblea General de la ONU, Argentina, representada por el nuevo canciller Gerardo Werthein, votó en contra de la resolución que busca proteger los derechos de los pueblos indígenas. Lo mismo sucedió con la resolución para eliminar y prevenir la violencia contra las mujeres. En ambas resoluciones, Argentina fue el único país en votar en contra.
- Visto desde las conquistas en materia de derechos humanos, ¿qué lectura puede hacerse?
- Hay dos análisis que podemos hacer. Por un lado, que estas cuestiones son meramente enunciativas, no son vinculantes y pocas veces se traducen en hechos concretos. Pero es importante que se hable de estas cosas y que los Jefes de Estado lo traten. Por otro lado, son cosas básicas que dentro de la hipocresía nadie se anima a discutir y Milei sí. Entonces el único análisis que me cabe es que el personaje se comió a la persona. El bravucón que insulta, rompe y patea el tablero se comió al presidente. Y es vergonzoso, más allá de la cuestión ideológica, porque no hay un presidente sino una caricatura de presidente que denigra la institución presidencial.
El periodista, que también está especializado en Derechos Humanos, aseguró que el discurso de Milei “es fascista, xenófobo, machista y racista”. “A él lo que le interesa es que la gente hable de él, más que de Argentina. Cree que mientras más barbaridades diga mejor, porque le habla a esa gente rota que está en todo el mundo y que quiere escuchar eso. Le gusta ir en contramano de todos, por eso se explica lo que hace a nivel internacional”, dijo.
- ¿Ese discurso del presidente está relacionado con los discursos de odio y la violencia?
- Absolutamente. Quizás fue Milei quien lo supo interpretar y potenciar, porque ya venía desde antes. Acá hay más agresividad que en otros países, porque si bien es un fenómeno que tiene que ver con las redes sociales, una crisis de representatividad y un resurgir de las derechas, hay un desarrollo mayor en Argentina. Lo de milei es especialmente violento, y eso está entrando en la gente lo ves en las redes y en la calle.
El Gobierno está próximo a cumplir un año desde el inicio de su gestión. Mariano Saravia señaló que durante este tiempo no encuentra rasgos positivos en la gestión que encabeza Javier Milei. Al mismo tiempo mantiene el optimismo y afirma: “en materia social nada es permanente, hay construcción y destrucción constantemente. Mientras se destruyen acuerdos sociales que parecían establecidos, también se construye una nueva nación”.
0 comments